1. PUTA, MADRE Y SOLTERA


    Fecha: 16/02/2021, Categorías: Sexo en Grupo Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues

    ... cuando cae el sol. Esas cuadras a diario, las hago con mi uniforme de secretaria, camisa violeta, chaqueta negra y pollera del mismo color, ajustada a medio muslo, medias de nylon y zapatos tacos altos. Además uso el cabello recogido, ya que es norma de la empresa, y esa es mi imagen diaria. Ya hacía tiempo que había subido el ruedo de la falda algunos centímetros, con lo que mostraba un poco de más mis piernas, tengo bonitas piernas, y el caminar así esas cuadras al amanecer me hacía sentir muy puta, más cuando movía mis caderas de lado a lado. Y había ‘pescado’ a varios curiosos, que terminaron levantándome para cogerme en algún hotelucho y hasta en algún asiento trasero del coche de turno. En esas cuadras que camino a diario, había una vieja casa abandonada, que se caía a pedazos, era parte del decorado que veía día a día. Y como es muy común en estos lugares, la compró una empresa constructora para demolerla y levantar un edificio de varios pisos, así que día a día pude notar todo un cambio, donde se amuralló el sector con chapas, donde llegaron maquinarias, donde llegaron materiales de construcción, donde llegaron incontables albañiles, de pronto todo se transformó y ese lugar frío, sombrío y abandonado tomo colores, se llenó de gente, de ruidos, de vida. No hay motivo que lo justifique, nunca me atrajeron esos hombres de gimnasio, marcados, perfumados, casi perfectos, siempre se me hicieron más atentos a su propio ego que al mundo que los rodea, se me hacen histéricos ...
    ... y hasta maricas. Lo mío siempre fueron los hombres normales, rudos, de trabajo, esos que la luchan día a día, de manos grandes y ajadas, esos que transpiran la camiseta, esos que no saben de frío, calor, lluvias, enfermedades, esos machos bravíos que están más cerca del hombre primitivo, y seguro esos tipos sin dudas, estarían construyendo el edificio. Así fue mí día a día, cada mañana pasaba por la obra y los tipos estaban empezando sus actividades y no tardaron en empezar a decirme barbaridades, las que imaginen, silbidos, groserías, yo solo bajaba la mirada y sonreía, pero no dejaba de mover mi culo en forma provocativa y eso solo los embravecía más como abejas a las que le tumbaron el panal. Y créanme que esa situación me enloquecía, era solo inundarme en jugos y deseo cuando me gritaban sus palabrotas, me imaginaba cogida por todos, y me masturbaba en soledad con ese posible cuadro, y cuando cogía con algún extraño solo pensaba en eso. Imaginaba que pasaría si los enfrentaba, porque en manada eran todos muy hombres, pero que pasaría si estuviéramos cara a cara, uno a uno, serían tan hombrecitos? Y sonará a locura, pero andaba con las hormonas exaltadas hacía un tiempo, se había despertado en mí el instinto materno, me empezaba a sentir vieja y quería ser madre, pero, no quería un hombre a mi lado, esto hubiera sido una cárcel en mi vida y yo nací para ser libre. Que mi hijo tuviera un padre sonaba a compromiso, aunque no hubiera amor, yo sabría quién era y eso crearía en ...
«1234...»