1. Mi dulce de leche


    Fecha: 16/02/2021, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... encontraron. Ella se aferró a mí buscando mi lengua con la suya al tiempo que nuestras salivas se entremezclaban con el dulce. Entraba y salía mordiendo mis labios, era tan delicioso que me perdí en ellos. Cuando me di cuenta estaba sobre la mesa acorralada entre la pared y ella que con sus piernas abiertas entrelazaba a las mías acechando a mi intimidad ya empapada.
    
    No había nada de que hablar que no fueran gemidos. Su lengua paso de mis labios al mentón y del mentón hacia el cuello con varias lamidas en el recorrido. Entonces la ropa sobró y fueron cayendo una a una cada prenda. Tenía unos senos bien proporcionados con unos pezones bien duros que con gusto me metía en la boca una y otra vez. Ella continuó haciéndome mil maldades en los míos mientras yo la nalgueaba rico. Toda la timidez de pronto se había disipado.
    
    La lengua siguió su paso por el abdomen dibujando el contorno de sus curvas hasta que nuestras humedades pedían con gritos ser lamidas y nos abandonamos en un delicioso e inolvidable 69. Cada vez que atrapaba ricamente su clítoris recibía mi premio de miel extra, era tan deliciosa que fundia mi lengua ...
    ... hasta la más lejos de las profundidades, una y otra vez, entonces su placer se desató y arqueo su espalda mientras me regalaba un sonoro gemido.
    
    Tumbada como estaba giré sobre mí cayendo boca arriba más mojada que nunca esperando mi corrida en su boca. Pero entonces sentí un dildo rozando mi humedad mientras otra mano abría lo más posible mis piernas. Poco a poco fue introduciéndose más y más y rápidamente comenzaron las fuertes embestidas gracias a tanta humedad. Hasta bien adentro no paraba de entrar y salir mientras gemía sin parar y movía mis caderas. Era tan delicioso, aún sentía bien intensa su miel en mi boca cuando me vine, mi intimidad explotó de placer en unos segundos que fueron mágicos.
    
    β€” ¿Y entonces? β€” preguntó tras un rato.
    
    β€” ¿Entonces qué?
    
    β€” ¿Para cuando el próximo desayuno, sin hambre? β€” matizó riéndose
    
    β€” Para cuando necesites mi ayuda β€” dije siguiendole el juego.
    
    β€” Eso siempre, más ahora que te probé, eres deliciosa.
    
    Y así que fue que comenzaron nuestros deliciosos encuentros, ya sin excusas claro pues no queríamos perder el tiempo en nada más que una cosa, follar, follar muy rico. 
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