1. Cómo me cogí a Laura de 17 años, la sirvienta de m


    Fecha: 13/01/2021, Categorías: Jóvenes Autor: jorgecampos, Fuente: RelatosEróticos

    Definitivamente comerse una rajita joven y virginal de 17 años es un manjar que pocos hombres saben apreciar. Fue hace varios años, pero hay cosas en la vida que nunca se olvidan. Yo tenía como 28. Laura llegó a trabajar a la casa para ayudar a mamá con la limpieza y esas cosas. Era bajita, pero de curvas bien formaditas y unos pechos firmes y bien paraditos de buen tamaño. Tenía bonitas facciones y pelo ondulado. Desde el inicio noté cómo ella me sonreía, platicábamos bien y me dijo que no tenía novio pero yo no quería faltarle el respeto, tenía unos 5 días de haber empezado a trabajar y se quedaba a dormir en casa, solo se hiba el Sábado y regresaba el Lunes. Una noche llegué de andar de copas como a las 2 de la mañana y era Viernes. Entré a la casa y me sorprendí que ella estaba esperándome despierta en el pasillo. Mamá estaba dormida, ya era una señora de edad y yo sabía que no se levantaría hasta las 6 y Laura me reclamó por que bebía. –Será que te sientes solo- me dijo y no me dejó avanzar por el pasillo. Estaba vestida con una blusita de dormir y una pijama. Quizá fue el alcohol pero sentí sus pechos tan cerca de mí y acercó sus labios que no pude resistir besarla. Ella se pegó a mi cuerpo y me excitó mucho sentir sus senos apretarse contra mi pecho. Se sentían firmes. Mi pene se enderezó como un resorte, yo tenía mucho tiempo sin mujer y mi lujuria se despertó como un animal en celo. Su boca y mi boca estaban comiéndose a besos apasionadamente. Mi lengua buscó la ...
    ... suya y a ella le gustó. Mientras nos besábamos me quité la camisa y luego metí las manos bajo su blusa para acariciarle sus pechos pero su sostén me estorbaba entonces le quité la blusa y ella no dijo nada. Siguió prendida besándome excitada, y yo ya estaba como toro en brama. Le desabroché el sostén y como un maestro se lo quité y sus pechos se pegaron desnudos a mi piel. Seguíamos de pie en el pasillo agasajándonos como lujuriosos desenfrenados. Ella olía deliciosa, recién bañadita con un aroma juvenil que nunca olvidaré, me agaché un ´poco para chuparle sus pechos, estaban ricos, y me los comía a lamidas y chupadas y eso la hacía gemir. Yo de verdad que disfruté de esos firmes pechos de Laura. Se puso tan caliente, sus pezones estaban bien duritos y yo se los jugueteaba con mi lengua.
    
    -Hazme tuya - me dijo. Sentí su mano sobándome el bulto entre mis piernas. –¿Estas segura?- le dije, . Me dijo que nunca lo había hecho pero quería que fuera conmigo. Y la sola idea de penetrar a una rajita virgen me puso el fierro a millón. Me quité el pantalón y los zapatos y ella se quitó la pijama. Traía un calzoncito rosa, y se lo quité. La pegué a mi cuerpo y ella se colgó de mi cuello. Y aproveché para cargarla y le dije que me abrazara con sus piernas. Como era bajita y delgada estaba ligerita, abrió sus piernas y la cargué sosteniéndola de sus nalgas. Gimió cuando sintió mi erecto pene y con la punta queriendo meterse en su vagina. Se la comencé a meter pero ella estaba bien ...
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