1. El viaje a Niza


    Fecha: 08/01/2021, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... compañero de habi...
    
    — Ah, sí, ya, sí, Jaime ¿sí?, —interrumpí o me pareció interrumpir. El tal Jaime es de buena estatura, me lleva media cabeza por encima de mí, pelo negro, muy negro, bronceado, aunque no tanto como yo, cejas muy pobladas, ojos profundos y brillantes, perfecta sonrisa con dientes muy blancos, la nariz recta. Me pareció muy guapo y me entraron ganas de darle un par de besos. Me contuve, pero mi polla comenzó a enderezarse. Pero nos pusimos a conversar como si nos hubiéramos conocido desde siempre y no subió visiblemente mi calentura.
    
    Por fin llamaron para embarcar, pero como teníamos sexto asiento y se entraba por la cola nos admitieron a todo el grupo los últimos. Dejé pasar a Jaime a la ventana porque yo prefiero pasillo y me encargué de colocar nuestras bolsas al portaequipajes superior para poder estirar los pies.
    
    Como todo el grupo había concertado, llevábamos short jeans y camiseta blanca. Yo llegué al aeropuerto con camiseta de tirantes y me la hicieron cambiar por la que me dio Quique, blanca, manga corta y una frase en inglés sobre el pecho: "I take enough condoms". Cuando me senté, Jaime me miraba mis muslos sobresalientes del short y me dijo:
    
    — ¿Tú también te depilas en verano?
    
    — Siempre, todo el año, —le contesté.
    
    — Yo solo en verano, —me dijo.
    
    Entonces quise excusarme y añadí:
    
    — Es que a mí me molesta el pelo, casi como una autoalergia.
    
    Me di cuenta de la estupidez que había dicho y me sonreí. Jaime sonrió igualmente ...
    ... y me puso la mano sobre mi muslo izquierdo, diciendo:
    
    — Joder, te ha quedado de puta madre, ¡qué suavidad!
    
    — Claro que sí, estoy repasado de esta misma mañana, —dije lujurioso.
    
    — ¿Cada cuánto te depilas?, —preguntó.
    
    — Cada semana todo el cuerpo, —respondí con naturalidad.
    
    — ¿Cada semana?..., y los... —haciendo un movimiento con su mano derecha como quien quiere tocar sus pelotas— ¿también?, —preguntó sorprendido.
    
    Respondí:
    
    — Sí, también; todo, todo, ¿tú no?
    
    Se puso las manos por encima del short sobre su paquete y movió la cabeza hacia los lados indicando su negativa. Yo, para animarle y porque lo deseaba, puse mi mano izquierda sobre su muslo encima de la tela porque su short era más largo. Se lo arremangó y mostró la pierna, depilada, pero no rasurada a tope como las mías.
    
    Ganas hubiera tenido de meter mis manos por la pierna adentro para descubrir cuán suaves serían sus pelos y cuán larga su polla, pero no lo facilitó y puse mis manos sobre mis rodillas, pensando si tendría alguna oportunidad con Jaime, a la vez pensaba que quizá Jaime estaría pensando lo mismo que yo.
    
    Jaime sacó la revista de avión de La Bolsa del respaldo anterior y salía el carrito con refrescos. Entonces me di cuenta que habíamos despegado y llegado a la altura prevista. Entonces pensé que lo iba a pasar en grande. La azafata preguntó que deseaba y le dije que zumo de naranja, Jaime pidió lo mismo. Le pregunté a la azafata si podría darnos dos minis de whisky, mostrándole ...
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