EL INTERNADO (28) Chupada de Pollas en la Feria - Relatos Eróticos

EL INTERNADO (28) Chupada de Pollas en la Feria

... Las niñatas no paraban de provocar y de insinuarse mientras bailaban, se tocaban el cuerpo con las manos sensualmente, los pechos, las caderas, los muslos, y hasta el coño por encima del vestido corto. Como estábamos en un rincón apartado, el magreo y el sobeo de las tías era ya super descarado. Entre el ciego de los porro y el subidón del alcohol, iban las dos bastante aceleradas y con hambre de un buen tío. Yo me mantuve observando la escena, me encantaba ver a mi hermano mientras la niñata le comía la boca, esa boca que se tragaba las pollas de dos en dos, que devoraba un buen culo de tío a lametazos, y se tragaba buenas raciones de semen garganta abajo gozando. Miraba a la otra chavala metiéndole mano en el paquetón a Carmona, mientras se colocaba de espaldas a él y disimuladamente bailaba rozándose, y pegando su culazo y su mano en lo alto de su bragueta. Las niñatas eran unas buenas calienta nabos, no tendrían más de 18 años, o incluso menos, . tampoco importaba mucho, yo tenía casi 17 y era un formidable come pollas, y la lista de mis folladas ya era interminable. Digo lo de calienta nabos, por que el toqueteo y magreo cada vez iba a más, acompañados de besos con lengua salivosos y cogida de tetas y coño por parte de Luis y Carmona. Como estaban dando mucho el cante, y la gente se estaba percatando del sobeteo calenturiento que escenificaban, mi hermano Luis sugirío que salieramos todos de la caseta, y nos fueramos por la parte de atrás que era solo campo. Fuera ya, ...

... en la pared de atrás a oscuras y donde solo se veía campo, las niñatas no perdieron el tiempo comenzando a chuparles la polla a Luis y al buenorro de Carmona. Los dos pegados de espaldas contra la pared, y las mamonas arrodilladas con la cabeza hundida en sus entre piernas, y sin parar de tragar y tragar, mientras le sacaban jadeos de gusto de sus bocas. Yo me mantenía al margen, solo me apetecía mirar y grabar con el móvil, y ver como mi hermano y su colega gozaban con aquella chupada de polla. Ahí fué cuando le ví por primera vez y en todo su esplendor, el pollón al soldadito, y que pollón colegas, que buena envergada tenía que pegar aquél monstruoso miembro, y que placer me daría partiéndome el culo en dos. Era gorda, grande, larga, y cabezona, de esas riquísimas pollas que no paran de babear por la rajita segregando pre-cum. Lo sé, por que la niñata que se la chupaba, tuvo que escupir varias veces el líquidito de su boca, y la muy hija de puta se lo recriminaba de vez en cuando, con la cara de asco. Parece ser que a la muy mamona, le gustaban las pollas con el capullo más seco. Que tía más jilipollas y estúpida, de buena gana me habría tragado yo, todo ese torrente de líquido abundante y espeso, disfruntado como un loco. Hubo una cosa durante la mamada, un gesto por parte del colega Carmona, que llamó poderosanente mi atención e hizo saltar todas mis alarmas. Cambiaron la posición de las niñatas, y ahora eran ellas quienes estaban contra la pared, agachadas frente a ellos ...