1. Mi ahijada Andrea. 5


    Fecha: 29/12/2020, Categorías: Hetero Autor: vicioso69, Fuente: SexoSinTabues

    ... pues Andrea estaba en mi cama y me abrazaba por detrás mientras jugueteaba con mi polla y testículos. Me di la vuelta y puse mi mano sobre su sexo acariciándolo por encima de sus braguitas. Andrea me dijo: Espera, y acto seguido se las quitó dejándolas caer al suelo. Ya estábamos los dos desnudos y con toda la mañana para nosotros. Me di la vuelta, me incliné sobre ella y la besé dulcemente mientras una de mis manos hurgaba en su rajita, que acogedora se abría al paso de mis dedos. Andrea separó las piernas y las flexionó sobre la cama, con lo que su coñito no ofrecía ningún obstáculo para acceder a su cálido interior dejando a mis dedos juguetear entre sus pliegues. Me eché hacia atrás para mirar su carita de niña buena que tanto me excitaba y vi como sus pequeños y bonitos pezones se habían puesto duros, mostrándose apetecibles y tentadores. Era tremenda la sensualidad que emanaba de Andrea. Eran su inocencia e ingenuidad las que despertaban en mí pasiones animales, pues poseer a una jovencita que accedía a todos mis caprichos sexuales como si fuera lo más natural del mundo me producía vértigo y no quería imaginar donde podríamos llegar. Andrea había descubierto el sexo en pareja y quería gozar al máximo de él. Se entregaba sin condiciones dejándose llevar por sus instintos, sin más deseo que el de saciar su apetito sexual, que a su edad parecía no tener fin. Me incliné sobre sus pechos y me apliqué en besarlos y morderlos hasta hacer que sus pezones pincharan de los duros ...
    ... que se pusieron. Después la besé metiendo mi lengua en su boca y dejando que ella metiera la suya en la mía. Yo sacaba mi lengua y ella se apresuraba a chupármela y aspirarla en un interminable juego erótico. Andrea se entregaba sin condiciones y ponía su alma en ello. Mientras tanto yo no había dejado de juguetear con mis dedos en su coñito que ya estaba empapado con sus sabrosos juguitos. Le dije que se colocara en el borde de la cama y la ayudé a dejarse caer hacia atrás. Yo me arrodillé en la alfombra y subí sus piernas flexionándolas, dejando su coño y su culo totalmente expuestos y a mi merced. Ella ya sabía lo que le haría y sonrió pícaramente dándome a entender que le gustaba lo que vendría a continuación. Acerqué mi boca a su rajita y empecé a comerle el coñito saboreando la cremita que lo empapaba. Mis lamiditas y mordisquitos en sus labios y clítoris hicieron que gimiera y suspirara como una gatita en celo mientras se iba calentando cada vez más. Cuando su coñito estuvo totalmente abierto y palpitante de deseo cambié mi objetivo y posé mi lengua en el agujerito de su culo que se rindió a mi presión y se abrió como un fruto en sazón, dejándome penetrarla sin resistencia alguna. Mis dedos jugueteaban en su rajita mientras mi lengua entraba y salía de su ano provocando en Andrea pequeños gemidos y grititos y debía sentir mucho placer con lo que le hacía, pues con ambas manos se agarró las nalgas y las separó todo lo que pudo para facilitar que mi lengua entrara en su ...
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