1. Mi estreno anal.


    Fecha: 25/12/2020, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... entre sonrisas–.
    
    –Me encanta –confesé–, ábrelo bien para que me puedas meter toda tu polla.
    
    –Se te abre genial, casi solito –añadió–, me tienes alucinado. Yo me reí y me metió otro dedo. Gemí tiernamente como la gatita que me sentía en ese instante.
    
    No tardó mucho el meterme sus cinco dedos y para mi sorpresa continuó dándome con su puño dentro de mi culo. Me ponía como una perra ver los músculos de su brazo acompasados con mi respiración y llegó a meterme hasta la muñeca, hundiendo toda su mano en mí. Y me sentí suya, me tomaba de una forma sucia y apasionada y mi único deseo era entregarle mi cuerpo para que hiciese conmigo lo que quisiera. Tuve un electrizante orgasmo, fue breve, pero me dio las energías necesarias para proponerme:
    
    –Úsame, quiero más placer.
    
    Me la metió en la boca y no miento si digo que me la estuvo follando unos treinta minutos para terminar corriéndose como antes, salvo que esta vez me comería todo su semen calentito y no compartiría nada con sus labios carnosos a conciencia, ya que me la bebí toda sin dudarlo succionándole esta vez yo para que me diera hasta la última gotita.
    
    –Que putita que eres–.
    
    Es inevitable tocarme. A día de hoy me sigue excitando este recuerdo y me hace empaparme. Siento mi plug dentro de mí, moviéndose para cada contracción y me hace sentir tan zorrita como aquella vez.
    
    Se metió entre mis piernas y la introdujo en mi culo a la perfección, me cañita dio un rato y se le volvió a poner como una pierda. ...
    ... Así estuvimos pegados un rato, mientras me follaba hasta el fondo con un misionero. Él jugaba con mi cuerpo a su antojo, la sacaba y me la metía del culo a su antojo, era suyo y lo sabía. Me daba fuerte agarrándome del cuello y mordiéndome los pezones, después aminoraba el ritmo y me daba unos buenos azotes que me dejaban las nalgas rojitas y calientes. Yo también estaba roja, su polla era enorme y sentía su presión, aunque me había sometido a un buen entrenamiento para abrirme bien.
    
    Le rogué casi que me follara a perrito que es mi postura favorita, me agarraba de los pechos y de la cadera y me la daba entera, me folló durante un largo rato también en esa posición para mi disfrute personal. A él también le gustaba porque tenía todas las partes de mi cuerpo accesibles, tirándome del pelo y dándome más azotes, recordándome lo puta que era para ser una chica tan joven, me decía que le ponía que fuese aún una niña, pero con pensamientos adultos y calientes como si ya me los hubieran enseñado en otra vida.
    
    Me corrí cuando pudo por fin meterme sus testículos en mi culo, y los sentí junto con mi polla. Me estuvo dando más caña con todo dentro y, cuando se salía algo, simplemente me azotaba y lo volvía a meter. Me estuvo empotrando en la pared por tiempo indefinido, sólo para asegurarse de que lo sentía todo porque decía que era demasiado guarrilla y necesitaba emociones más fuertes.
    
    Cuando se cansaba, me aseguraba de metérmela entera en mi culito sentándome en su polla y ...