1. Mi estreno anal.


    Fecha: 25/12/2020, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Mientras ejercito mi ano con mi nuevo plug anal, voy a escribir sobre cómo perdí la virginidad por detrás, comenzando mi adicción. Espero que os guste tanto como a mí.
    
    Fue hace unos años, no podría ser demasiado concreta con mi edad real, pero estaba cursando aún la Educación Secundaria. Fui precoz y tuve mis primeras experiencias sexuales con anterioridad, sin embargo, había relegado el concepto del sexo anal exclusivamente a los gays y no me había interesado hasta entonces. Algo cambió.
    
    Yo siempre fui muy activa en internet, a pesar de la época y mi edad. Mis búsquedas y uso de internet me llevaron a desarrollar mucha curiosidad en conocer a alguien distinto, fuera de mi entorno; total, sabía que otra gente lo hacía.
    
    Encontré mientras navegaba una página que, por aquel tiempo, era una de las mejores. Recuerdo que era morada y, además de un foro donde escribir hilos y demás, también tenía una sección de contactos que era bastante buena. De todos ellos, uno consiguió llamarme mucho la atención. Aún lo recuerdo: era unos años mayor que yo y venezolano (mulato), estaba muy bien dotado y nos habíamos pasado un tiempo chateando muy intensamente. Esas conversaciones incluían sesión de web cam que, por aquel entonces, era lo más morboso y excitante a la hora de conocerse bien… Y, finalmente, quedamos.
    
    Vino a mi casa porque mis padres estaban de viaje, ya teníamos claro lo que íbamos a hacer. Recuerdo que me conecté por la mañana y se lo dije. Por la tarde ya estaría en ...
    ... mi casa, pasando toda la noche medio día. Recuerdo que pasé varios días pensando en lo que sucedería aquel sábado, tanto estuve fascinada en mi propia fantasía de montármelo con ese tío que se me olvidó que me vendría el periodo ese fin de semana.
    
    –Mierda –pensé–, sólo quedan unas pocas horas para que venga. Definitivamente no quería posponer la cita, llevábamos tiempo hablando y ya le tenía ganas.
    
    Así que mi única solución era proponerle que lo hiciéramos con una toalla. Le conocía lo suficientemente bien sexualmente hablando y sabía que no me iba a decir que no. Y yo ya lo había hecho en otra ocasión.
    
    Entró a mi casa y tras un rato hablando en el sofá, me tomó con sus manos. Rodeándome y me besaba, me miraba, me acariciaba los senos y me tocaba la entrepierna. Hacía paradas para decirme todo lo cachondo que le había puesto este tiempo, que me tenía unas ganas locas y que estaba como un loco por destrozarme en mi camita.
    
    Yo sólo le pude tomar con la mano y levantarle del sofá para llevarle a mi cuarto, pero cuando se levantó, me volvió a besar y me llevó con su mano hacia el suelo, haciéndome que me arrodillara para que le comiera la polla y eso hice. Se desabrochó el botón y bajó la cremallera, acto seguido emergió su gran miembro de los calzoncillos.
    
    –¡Qué pasada! –dije cachondísima de ver que en vivo era más grande que por cámara–.
    
    –¿Te puedes poner las gafas para comérmela? –propuso con picardía mientras me acariciaba con su polla los labios–.
    
    Yo me ...
«1234»