1. Sábado


    Fecha: 20/10/2017, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Rude, Fuente: CuentoRelatos

    ... labio inferior.
    
    —Te invito a una copa—quería llevármela de allí cuanto antes.
    
    La agarré del culo (Dios, ¡qué culo!) y nos dirigimos hacia la barra. Pero de camino me arrepentí. No podía más, iba a reventar, así que le expuse mi nueva propuesta.
    
    —¿Y si vamos al servicio? —dejé caer.
    
    Sonrió, me miró y se humedeció los labios.
    
    —Entremos... —me dijo al oído con una voz muy sensual.
    
    02:33 p.m.
    
    El servicio era, cuando menos, espacioso. Tras cruzar la primera puerta nos encontramos en una especie de mini—sala de espera (lavabo, espejo y máquina de preservativos incluido) en el que la gente hacía cola por entrar por una de las dos siguientes puertas, una a la izquierda con el dibujo de un señor fumando en pipa y otra a la derecha con el de una señora portadora de un ancho sombrero de pana.
    
    La espera se hacía larga y se me acabó la paciencia. Yo, situado detrás de Naiara, coloqué mi mano izquierda en uno de sus senos y lo empecé a masajear moviendo mi mano en círculos. Estaba tan cerca de ella que estoy seguro de que debió notar mi erecta verga chocando contra sus nalgas. La palma de mi mano derecha descansaba en el trasero de Naiara, y pareció tener vida propia cuando empezó a descender hasta colarse por debajo del vestido. Rocé su piel con la yema de mis dedos, tan cerca de su sexo que podía notar el calor. A causa de la excitación dejó caer su cabeza hacia mi hombro. Seguí acercándome hasta que noté su braguita, la aparté a un lado y palpé sus labios ...
    ... inferiores. Estaba muy mojada.
    
    Una de las puertas se abrió ante nosotros, de ella salieron tres jóvenes con las pupilas tremendamente dilatadas, y el servicio de mujeres quedó libre para nuestro deleite.
    
    Una papelina vacía junto a un preservativo usado, una bola de papel higiénico y dos cuerpos con un deseo vehemente de sexo completaban el panorama de aquel lugar.
    
    —Naia... —alcancé a decir.
    
    —Shhhh. No hables—me interrumpió cerrándome la boca con su dedo índice.
    
    Se colocó de cuclillas ante mí, desabrochó mi cinturón y bajó mis pantalones y calzoncillos hasta las rodillas, sin demora, no había tiempo que perder.
    
    —Vaya, vaya... ¿qué tenemos aquí?—dijo pícaramente mientras observaba lo que tenía en frente.
    
    La agarró con firmeza y empezó a masturbarme mientras me miraba a los ojos. Coloqué mis manos en su cabeza y la guie hacia mi miembro viril.
    
    —Vamos, cómemela...
    
    Poco a poco se la introdujo en la boca sin dejar de mirarme a los ojos en ningún momento. El vaivén de su boca humedecía mi polla, provocando en mí una sensación de placer indescriptible. Su lengua paseó por cada centímetro de mi polla. Aquello era increíble, me sentía en el Nirvana.
    
    ??:??
    
    El concepto "tiempo" ya no significaba nada para mí. Lo único que importaba era lo que estaba ocurriendo en aquel lugar.
    
    Ella se puso en pie y posó sus manos sobre la taza del váter quedando de espaldas a mí con el culo en pompa. Se subió el vestido hasta quedarle todo el trasero al descubierto y yo, con ...
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