1. El principio del fin 4 (una noche de tres)


    Fecha: 04/12/2020, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Avariciasex, Fuente: CuentoRelatos

    Miércoles por la noche y tuve que cenar solo, ya que ella ni me llamó en todo el día, ni apareció a la hora de cenar en el hotel. Estaba sentado a la mesa tomando ya los postres, cuando un trabajador del hotel se me acercó y me entrego una nota. En ella había una dirección en un idioma que no entendía y una hora, las doce de la noche. Como no sabía lo lejos que estaba esa dirección, me preparé y cogí un taxi. Serían las once y cuarenta cuando llegué al sitio indicado. Me quedaban veinte minutos, así que me di una vuelta por los alrededores. Estaba absorto en mis pensamientos cuando de repente vi una pareja discutiendo en medio de un parque. Al acercarme a ver qué pasaba, no podía salir de mi asombro, allí estaba Lidia discutiendo con otro hombre. Preocupado me acerque rápidamente para preguntarle si todo iba bien. El tipo al verme llegar, dijo cuatro cosas en alemán (creo que fue en ese idioma) y se largó. Lidia tenía lágrimas en los ojos, la abracé y le volví a preguntar sí todo estaba bien. Ella se secó las lágrimas y me contestó que sí, que algún día ya me contaría la historia. Entramos en la sala de fiestas, pero no estuvimos mucho tiempo, ya que sabía que ella no se encontraba bien y la invite a volver al hotel.
    
    Ya en la puerta de su habitación, fui a despedirme cuando me dijo…
    
    -Sergio ¿te puedes quedar conmigo esta noche? No me apetece nada quedarme sola.
    
    Yo accedí gustosamente, ya que era lo que más me apetecía. Entramos en la habitación y Lidia se dirigió ...
    ... al baño. Mientras se daba una ducha, yo me preparé una copa y salí al balcón. Su habitación tenía unas vistas impresionantes de la ciudad. Cuando salió de la ducha tapada con una toalla muy, pero que muy cortita, se puso a mi lado en el balcón, no pude evitar tener una erección mirándola de arriba abajo. Le pasé la mano por la cintura y la acerqué a mí. Lidia me miró, me dio un beso y me dijo…
    
    - Gracias por haberme ayudado antes. Eres un tío genial, me gustas mucho y creo que empiezo a enamorarme de ti.
    
    Se dio media vuelta y fue hacia la cama, dejo caer la toalla que cubría su lascivo cuerpo y se arropó entre las sabanas. Yo estaba perplejo. ¿Se estaba enamorando de mí? ¿Y eso que significaba? Mi excitación era grande, me apetecía hacerle el amor, pero sabía que aquella noche estaba afectada por lo sucedido en el parque, y decidí darme una ducha para bajarme la erección. Salí de la ducha y me senté en la butaca para dormir un rato, estaba tan guapa durmiendo, que no quería ni molestarla. ¿Me estaría yo también enamorando de ella?
    
    Serían las cinco de la mañana, cuando Lidia me despertó, y me dijo…
    
    - Pero ¿qué haces, tonto? ¡Metete en la cama ahora mismo! Pero… Anda y ven a mi lado, quiero que me des calor.
    
    Yo obedecí (siempre tenía que obedecer), me puse a su lado y ella me abrazó, al sentir su cuerpo desnudo junto al mío, mi verga se empalmo. Lidia también lo notó y puso su pierna encima de mi polla. El roce de su muslo era muy erótico, y consiguió excitarme al ...
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