1. El reconocimiento


    Fecha: 01/12/2020, Categorías: Intercambios Autor: Tomas Brentano, Fuente: CuentoRelatos

    ... le hizo gestos a Pilar para que se sentara a su lado, le abrió las piernas y continuó jugando con su coño, mientras que Pilar cerraba los ojos y echaba su cabeza hacia atrás.
    
    - Pilar, ahora vas a hacerme un trabajito, quiero que me comas el coño y tendrás como premio a este joven que el destino ha querido que venga hoy a la consulta. Vamos, ponte de rodillas...
    
    -...y tu -me dijo la doctora- haz con ella lo que desees excepto el coño, el coño es solo mío.
    
    La doctora agarró por la cabeza a Pilar y la acercó hasta su depilado coño.
    
    - Vamos, comételo puta...
    
    La cabeza de Pilar quedó encajada entre las piernas de la doctora mientras yo seguía de pie viendo como la doctora hundía la cabeza de Pilar entre sus piernas sin duda forzándola para que su lengua trabajaba más a fondo en su depilado y experimentado coño.
    
    Decidí pasar al ataque, tenía la autorización de la doctora para hacer con Pilar lo que quisiera excepto su coño, pero aquello incluía su culo. Algo que mi novia nunca me había dejado probar, pero ahora tenía uno delante de mí, totalmente expuesto para mí.
    
    Me puse de rodillas detrás de Pilar y contemplé su culito y su coño desde esa posición, una visión maravillosa, su coño se veía húmedo, sus labios abiertos que yo no podía tocar. Decidí chupar aquel culo, acerqué mi lengua a su agujero trasero y le di un lametón, Pilar lanzó un gemido, levantó la cabeza y se giró para decir un "no" que fue rápidamente contestado por la doctora. Le dio una sonora ...
    ... bofetada en la cara y volvió a sujetarla por la
    
    cabeza mientras le decía:
    
    - No decías que te gustaban los hombres, pues ahora vas a comprobar lo que los hombres quieren de las mujeres. Sigue comiéndotelo...
    
    Pilar volvió a lo suyo mientras yo empecé a chupar su agujero, ella intentaba contraer los glúteos para impedirme la entrada pero estando en esa posición lo tenía muy difícil, además recordé los azotes que le había dado la doctora y le di uno no muy fuerte.
    
    - Eso, azota a esta zorra -me dijo la doctora- dale más fuerte y verás como se abre bien de piernas.
    
    No lo pensé, el siguiente se lo di más fuerte y el siguiente aún más. Notaba como se relajaba más cada vez que recibía un azote, después de darle unos cuantos azotes y ponerle los dos cachetes rojos parecía totalmente entregada.
    
    Volvía a jugar con mi lengua en su orificio y ahora no tenía ninguna oposición, al contrario, notaba como empezaba a moverse en círculos, sin duda le estaba gustando.
    
    Decidí que era el momento de meterle un dedo por su estrecho y oscuro agujero.
    
    Lo chupe bien y empecé a metérselo, poco a poco, sentía la presión de sus músculos y como este se abría paso, lentamente, la sensación era exquisita, mientras la doctora empezaba a gemir cada vez más fuerte, sin duda la lengua de Pilar estaba haciendo perfectamente su trabajo en el coño de la doctora.
    
    Ya tenía el dedo completamente dentro, de vez en cuando le daba un azote y Pilar respondía moviendo sus caderas en círculo, parecía ...
«12...456...»