1. El viejo solterón disfruta del culo blanco de mi mujer


    Fecha: 18/11/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Aún hoy, a pesar que el viejo ya murió, siento recelo al acordarme de lo que nos hizo hacer el garca, aprovechándose a dos manos de las carnes robustas de mi mujer. Un día, Ce, vino de la calle con el chisme ya quemado de los baboseos del viejo. Ce, es algo robusta, tal vez de lo que llaman las gordibuenas, de piel muy blanca, atractiva, con anteojos, tetas apropiadas a su cuerpo, y un enorme culo que era jodido de disimular. Este hombre más de una vez la había invitado y hecho propuestas indecentes. Le decía piropos lascivos acerca del culo de ella, o de sus carnes, en fin, un viejo grosero y morboso. Así que fui a encararlo, de modo de terminar con el tormento. El tipo salió con un arma, sin inmutarme lo enfrenté, desafiándolo. Unos vecinos que escucharon la discusión, intercedieron para que la cosa quede ahí. -Te voy a hacer mierda, viejo garca, le dije. El viejo se reía. A la noche, mientras la cogía a mi mujer, ella escupió todos los improperios del viejo; "quiero hacerte la cola mamita", "te voy a hacer gozar como una puerca", te voy a romper ese culo hermoso que tenés",¿te acordás cuando trabajabas en el super?. yo te iba a ver como se te metía la tanga en esa calza ajustada". Hijo de puta dije, pero luego tomando de las nalgas a Ce, todo esto me hizo calentar. Reflexioné en la noche. estaba loco, quizás, aunque igualmente decidido. Al otro día, lo encaré al viejo, en su casa. Estaba leyendo el diario. Puso cara de miedo. Entonces hablé: -Vengo a hacer negocios. El ...
    ... viejo al escucharme, no salía de su asombro. La condición era que yo estuviese, mientras se la cogía a mi esposa. Ofreció una buena suma, y yo necesitaba el dinero. Ahora, tenía la peor parte: convencerla a Ce de coger con un viejo verde de 63 años, que se rendiría rápidamente ante los atributos de mi esposa. Estuve casi una semana, insistiendo, hasta que se rindió. Necesitábamos ese dinero, mucho. Aquella noche, dejamos a nuestros hijos a cargo de mi cuñada. Llegamos a la casa del viejo, a dos cuadras de la nuestra. Nos hizo pasar, mirando de pies a cabeza a mi esposa. Puso el dinero sobre la mesa. Tras contar la plata, entramos a la habitación. El viejo elogió la vestimenta de ella. Pidió ropa ajustada y lencería de un color llamativo. Con Ce teníamos miedo, porque era algo nuevo. A pesar de ser gordita, mi mujer tiene un cuerpo atractivo que llama la atención. -Me encanta como te queda esa calza, hermosa. A ver, agachate para mi. El morbo de la situación hizo mella en mis sentimientos. No soportaba ver como esa mujer a la que veo cada día desde años, le muestre el culo a ese viejo ordinario, de manera descarada. Ella se fue bajando la calza, mostrando su enorme culo ante la absorta mirada del tipo. El le pidió quitarse todo, lentamente. La tenía de frente, disfrutando de la visión de las llenitas carnes de mi mujer. Celulitis tenía un poco, no lo voy a negar, igual sé que atraía a varios hombres, aunque no me lo dijera. Muy atormentado estaba pensando en que aquella lencería ...
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