1. Marcelino me da la mamada y me invita a su casa


    Fecha: 26/10/2020, Categorías: Confesiones Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... por encima de la escasa tela que la cubría. La dejó mojada por fuera y por dentro se mezcló con mi precum. Ya tenía yo el cuerpo totalmente electrizado. Se fue a una mesita y vino con unas tijeras. Me puse nervioso, muy nervioso, tanto que bajó un poco el nivel de mi erección. Cogió la tela con la punta de mi pene erecto y grité:
    
    — ¡¡¡NO!!!
    
    Comenzó a cortar la tela alrededor con cuidado quedándose al soltar mi polla con la tela en sus manos, se la puso en la boca y se inclinó sobre mí para meterla en mi boca. Tiró al suelo las tijeras. Me tranquilicé.
    
    Se puso sobre mí invertido y me comió mi polla y mis huevos con mucha dulzura, a la vez que metió su polla encima de la tela metiéndomela en la boca. Comencé a asfixiarme de verdad. Se dio cuenta y levantó su pubis de mi cara sacando su polla de mi boca y dijo:
    
    — Prepárame el culo, quiero tener tu polla dentro y no te vengas hasta que te lo ordene.
    
    Nunca me ha gustado el sado, ni ser esclavo, si eso duraba y me desagradaba, estaba pensando en que cuando me soltara me iba de inmediato. Entonces, tras expulsar el trozo del jocks de mi boca, le comí el culo como pude y noté que necesitaba dedos para dilatarlo. Alguna arcada me dio porque su culo apestaba y quería acabar. Le dije:
    
    — Necesito mis dedos para dilatarte.
    
    — Mete lengua, hijoputa, métela hasta dentro del todo, —contestó el muy cabrón.
    
    No tuve más remedio, con asco pero en firme, decidí que me comía su culo, ya no solo le lamía su ano y su ...
    ... fruncido y rugoso entorno, comencé a lamer y trabajar con mis labios toda la periferia que tenía delante para encelarlo. Metí mi boca lo más que pude aprovechando que él retrocedía el culo contra mí y le di un mordisco fuerte sin dañar la piel para hacerle sentir dolor en la salida de su ano. ¡Joder, cómo suspiró! Parecía un borracho y me di cuenta que le gustó el mordisco, y lo intenté dos veces más arrancando de él sendos suspiros. ¡La puta de su madre, jodido maricón de mierda! Este no se saciaba. Entonces volví al cometido y le mordisqueé de modo continuado, tanto que perdí la cuenta y por fin quise hacerle daño, pero no me dio tiempo, entre suspiro y suspiro me dijo:
    
    — A-uff-ho-uff-ra -uff- voy -uff- a -uff- sen-uff-tar-uff-me-uff- so-uff-bre-uff- tu-uff- po-uff-lla-ufffff.
    
    Jadeaba de cansancio y así quería follarme mi polla con su culo. Pensaba que se iba a caer muerto encima de mí sin poderlo remediar. Pero la experiencia enseña mucho y el tío sabía lo que se llevaba entre manos. Le dolía su culo de mis mordiscos, y tras sentarse, se dejó caer, creí que me rompía mi precioso pene, pero se quedó ahí sentado mirando al techo. Se inclinó y desató mi muñeca derecha, con la mano libre, me desaté la otra. Me agarró para que me incorporara del todo y me besó tirando de mí. Estaba un poco incómodo y arqueado pero más seguro, poco a poco entramos en trance y me soltó cayendo de espaldas en la cama y notando alivio. Todo fue porque le vino su orgasmo y me soltó toda su lefa ...
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