1. Los invitados...


    Fecha: 17/10/2020, Categorías: Gays Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    ... sí… eres un idiota engreído, como decimos aquí. Pero no sigas por ahí porque te vas a quemar con tanto jueguecito tuyo.- Que va, si eres un "santito".Aquel juego me desconcertaba. Cada vez estaba más seguro de que Leo era un provocador calientahuevos. El problema viene que, como él decía, un gay es un hombre, y que cuando nos calientan, empezamos a perder el control y a pensar con la entrepierna. Pero Leo siguió insistiendo los días sucesivos. Cada vez que nos quedábamos a solas, bromeaba con que le chupara la verga para aliviarle por tanto tiempo sin sexo. Yo empezaba a cansarme de tanta broma sexual, pensé que me tomaba el pelo por ser gay, así que decidí pararlo en seco.- ¿Dónde está Katty? –dije al entrar en la cocina.- Está dando un baño al niño. Tenemos tiempo para que me saques toda la leche que tengo en los huevos –dijo él apretándose aquel vergajo por encima del pantalón de deporte que llevaba-. Hernán está trabajando todavía –dijo entre risas.- Eres muy pesado. ¿Quieres que te mame la verga?- Te mueres de ganas por hacerlo Oliver…No le dejé terminar. Estiré la mano y le apreté la verga por encima del pantalón. Estaba dormida pero su paquete no me cabía en la mano.- ¡Ey! ¿Qué hacés…? -dijo con un hilo de voz.- ¿No querías que te la mame? –Mi mano subió hasta el abdomen y estirando del elástico y del bóxer, empecé a meterla por debajo de su ropa hasta que rocé su verga con los dedos.No respondió. Mi gesto le dejó tan sorprendido que salió de la cocina y se fue al baño ...
    ... con su mujer y su hijo. Me sentí como un idiota ahí de pie en la cocina. La vergüenza me hizo sentir tanto calor que pensé que me iban a estallar las mejillas. Sólo crucé los dedos para que Leo no le dijese nada a Hernán.Con el paso de los días, todo parecía normal. Mi novio parecía no saber nada de aquel extraño juego que había entre Leo y yo. Y el propio Leo, tras unos días se comportaba bastante distante conmigo, recuperó la naturalidad. Yo no perdía oportunidad para mirarle el paquete o intentar verle en calzoncillos cuando se cambiaba. Había empezado a obsesionarme con eso.Un sábado por la tarde, mientras yo me tomaba una siesta, Hernán y Katty se fueron a dar un paseo. Cuando me levanté, Leo jugaba a la PlayStation en la TV del comedor.- ¿Dónde están todos?- El niño duerme en tu cama y Katty se fue con Hernán a dar un paseo, por eso de la circulación… ya sabes.- ¿Qué haces? –pregunté mientras veía como Leo jugaba.- Juego. ¿Quieres jugar?- No sé, eso de matar gente no me va mucho…- En el fondo es un juego de estrategia y agilidad mental…- Ya… jejeje –le tomé el pelo.- Si quieres, te dejo otro control y lo pruebas.- A ver…- dije sin estar convencido.Leo se abrió bien de piernas en el sofá sin dejar de jugar, sin dejar de mirar a la televisión.- Ahí lo tienes. No es un mando como éste –dijo levantado el mando de la Play.- Es un joystick de los de antes, con el palo largo –dijo él muy serio.- Pensaba que te rayabas si jugaba con tu mando…- Hay que ser prácticos, tú quieres ...
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