1. Una milf me comió


    Fecha: 16/10/2020, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Amanda747, Fuente: CuentoRelatos

    Me sucedió hace tres semanas. Mi amiga Elisa me pidió de favor llevar a su sobrino al fútbol por la tarde. La mamá del niño había tenido un problema y Elisa estaba gozando con algún nuevo chico que recién conoció el día anterior.
    
    Su veinticuatroava verga en sus apenas diecinueve. ¡Vaya zorra! De mala gana pero acepté, - me debes una amiga - le dije al final. Tomé mi carro y me enfile rumbo a la dirección del niño. Cristóbal es un niño de diez años muy simpático y muy inteligente, a su corta edad sabe muchas cosas de muchos temas, tiene buena plática en muchas cosas. Llegamos a las canchas y se fue corriendo con sus compañeros al entrenamiento.
    
    Era un martes a las 5pm, el entrenamiento duraría una hora y media, tiempo que tenía para matar escribiendo algunas cosas, siempre me ha gustado escribir. Estaba en las gradas junto a otras mamás del equipo. Después de un rato empezó a llover y como las gradas no tienen techo las mamás corrieron a sus coches y yo decidí refugiarme en una especie de cabina que había en uno de los extremos de la cancha. Fue cuando me encontré con ella. No sé cómo no la había visto antes.
    
    Lo que tenía frente a mi era una mujer de unos 36-37 años, rubia, con unas tetas que se le salían por su escotada blusa roja de mangas remangadas y unos jeans apretados que delineaban su figura perfecta. Se veía una mujer fina, educada, y se veía que con ese cuerpo se podía acostar con quien ella quisiera. La lluvia arrecio y tuvimos que paramos encima de un ...
    ... borde para que el agua que caía estrepitosamente sobre el piso no nos salpicara tanto. Por estar las dos juntas en ese borde nuestros cuerpos se acercaron un poco de más y siendo ella más alta que yo (mido 1.65) sus protuberantes senos quedaron a la altura de mis ojos. Yo estaba, literalmente, entre la espada y la pared, por un lado el muro de la caseta, por el otro los senos de esta señora.
    
    Entablamos plática y así fue como más o menos fluyo la conversación.
    
    - Vaya tormenta y nosotras aquí atrapadas - me dijo como para romper el hielo ante lo que parecería sería una larga espera a que pasara la lluvia.
    
    - Cierto, lo bueno es que encontramos refugio.
    
    - Y buena compañía.
    
    - ¿Qué haces por acá? Es tu hermanito el niño con quien llegaste?
    
    - Qué va, es el sobrino de una amiga, tenía cosas que hacer (obvio no le dije que mi amiga estaría en ese momento con una buena pija dentro) y me pidió traerlo.
    
    - Eres una buena amiga. Por cierto, me llamo Laila.
    
    - Yo Amanda.
    
    - Eres muy linda, debes tener muchos novios.
    
    - Gracias - dije tímidamente.
    
    De por sí ya era mucho estar la una tan cerca de la otra y con sus senos a escasos centímetros de mis ojos. Y yo sólo tenía dos opciones, o voltear a la pared, lo cual se me hacía no sólo incómodo sino descortés con ella al darle la espalda, o voltear hacia ella y quedar con sus senos casi tomándome las narices.
    
    - Pero niña, estás temblando de frío - dijo de repente - olvidaste ponerte algo más apropiado para este ...
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