1. Profesora de Literatura


    Fecha: 24/09/2020, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Sergio Trillao, Fuente: CuentoRelatos

    ... labios.
    
    —Lo soy —contesté, y al parecer mis palabras la excitaron aún más.
    
    Tomó mi verga con la mano y comenzó a frotarlo con su cálida vagina, ya muy húmeda, y a mover un poco las caderas, yo tomé sus pechos con mis manos... Y bueno, no podía hacer más, me trabé. Apartó sus piernas de mí haciéndose un poco para atrás, inclinó su cabeza hasta que su lengua húmeda tocó mi glande, lo rodeó con sus labios y lo introdujo hasta donde pudo en su boca, lo mantuvo dentro haciendo movimientos con su lengua alrededor de mi pene, movía su boca arriba, luego abajo y repetía. Carajo, nadie me la había mamado así nunca, masajeaba mis testículos con su mano y creía que me vendría en cualquier momento, cosa que ninguna mujer había logrado, es muy difícil que alguien más me haga venir. Se retiró y le ofrecí una sonrisa complacida, volvió a besarme, esta vez de forma más lasciva y la separé un poco.
    
    —¿Aseguró la puerta? —pregunté.
    
    —¿Me tomas por una novata? —y me pregunté si había hecho eso con alguien más, al menos yo no estaba enterado de ello.
    
    —¿Y por qué yo? —ella me miró un momento, pensándolo, como si no estuviera segura de qué diría.
    
    —Eres muy guapo —contestó.
    
    —Pero hay chicos iguales o más guapos que yo en esta escuela.
    
    —Oí rumores —sonrió y volteó a ver mi pene erecto— y me decepcionaron un poco —se echó a reír. No sabía si era cierto o estaba de broma.
    
    —Muchas gracias —espeté. Ella seguía riendo.
    
    —La verdad me contaron algunas cosas, y me pareció muy ...
    ... excitante. Aparte no traes tan mal equipo al parecer —y se lamió los labios con la lengua.
    
    Eso me excitó al punto que mi pene punzaba por sí solo, nos levantamos y se levantó la falta hasta la cintura, dejando ver un liguero muy sensual ¿En serio usaba liguero? Lo desabrochó y se quitó la pieza de lencería blanca con negro, eso sí, se dejó los zapatos de tacón, pude ver que tenía un pequeño arbustillo negro por encima del monte venus, y cuando abrió sus piernas me deleité con una estrecha vagina rosada, con los labios jugosos, incluso me pregunté si entraría bien, ella me atrajo con sus manos y soltó su cálido aliento en mi oreja, volviéndome a erizar la piel, ya no aguantaba, me coloqué en posición y ella lo acomodó con las manos. Entró sin ningún problema, su interior era tan cálido y húmedo como me lo imaginaba, ella contuvo un gemino, pues a pesar de que habían terminado las clases no sabíamos quien pudiera rondar por ahí, comencé a moverme lento, aún no sabía si la lastimaba o no, pero me rodeó con sus brazos y se aferró a mi espalda, así que comencé a embestir con fuerza, y ella se mordía los labios para no hacer ruido, solo jadeaba, bajé sus brazos y los coloqué en el borde del escritorio, tomé su cintura y la halé, suspendiéndola en el aire, ella se aferró a mí con sus piernas y yo embestía con más fuerza, más y más, hasta que un gemido salió de su boca y la volví a colocar en el escritorio, saqué mi pene y le di vuelta a mi profesora, la ensarté de espaldas y retomé ...