1. Vuelta a follar a la fulana sexy de mi vecina


    Fecha: 17/09/2020, Categorías: Infidelidad Autor: zorro_en_celo, Fuente: CuentoRelatos

    ... jadeara, gimiera, gamitara y berreara como una zorra en lascivo en celo.
    
    Cuando ya estaba bien pringado e impregnado de mi saliva, la agarré con salvaje fuerza, me di más saliva a todo mi enhiesto rabo y di un fuerte empellón a su ojete que tragó toda mi pollinaza hasta chocar mis gordos cojones cargados de lefa contra su caliente culo. La estuve petando salvajemente, mientras me insultaba y me decía todo lo cabrón y chulo que era yo, pero que la estaba matando de placer. Perforaba y horadaba su lúbrico y bullente ojete y notaba como presionaba los músculos de su esfínter anal para ella tener más placer anal. La asía y atenazaba con mis manos para que el metisaca fuera más orgásmico y ella se miraba en los espejos como era follada por mí y me volvía a insultar procaz y suciamente, porque sabía que eso me gustaba. Yo me afianzaba en su ano con mi taladrante cipote y ella continuaba jadeando, lanzando y exhalando depravados insultos sexuales como una sucia zorra en celo. Cambiamos varias veces de posición y ella me agarraba con fuerza de las pelotas, porque así se lo pedí y eso me ponía más cachondamente vicioso. Después de haber sufrido durante casi 45 minutos los embates de mi rabo en su culo, se levantó para clavarse mi cipotón en su hirviente coñargón, porque tanta lujuria habíamos emanado que ahora quería que nos corriésemos. ...
    ... Dicho y hecho levantó su coño y de golpe y porrazo se clavó mi cipote y me empezó a cabalgar.
    
    Yo la agarraba de las tetas y ella me cabalgaba como si fuera una lujuriosa cow-girl en sexual un rodeo y empezaba a gemir, jadear, bufar, resoplar y resollar. Me apretaba con fuerza los cojones. Me hacía daño, pero no me importaba porque estaba más y más viciosamente salido y notaba como me ardía la polla dentro del coño caliente de mi vecina Mayka. Después de tanto trote y quejido, nos corrimos los dos a la vez prorrumpiendo un seco grito y caímos los dos en un pequeño mareo hasta que nos despertamos. Yo me quedé rendido de este polvo tan sicalíptico y brutal, ella estaba a mi lado y me sonreía libidinosa y pícaramente con restos de mi lefa en su agitado y ardoroso coñargón de zorra en celo. Sus cuevas sexuales lanzaban humo y yo había perdido toda mi sexual y masculina fuerza por mi cipote de tanto dar rabo a esta puta puerca. Nos levantamos, me llevó al cuarto de baño de la mano y allí nos dimos una ducha. Todavía le dio tiempo a hacerme otra mamada de las suyas, para salir todavía más relajado y contento, ya que la muy golfa, se tragó mi lefa de macho semental en celo. Me alejé muy radiante del lascivo polvo tan obsceno que le había pegado a esta ramera lasciva y ella me prometió que seguiríamos viéndonos mas de ahora en adelante. 
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