1. Esta me la pagas


    Fecha: 12/09/2020, Categorías: Sexo Oral Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos

    ... prohibitivo para cada una, mientras los acercamientos se sucedían. Bastó que tomara la bebida que Antonio me tendía y le pegara el primer sorbo, para notar por primera vez su mano en mi cintura. La aparté con educación y seguimos charlando.
    
    Pero como me temía, no iba a detenerse porque fuera educada, pues él no era educado. No sé las veces que tuve que quitar su mano de mi cuerpo. Cintura, muslo, cadera, hombros, brazos. Incluso me tomó de la mano para sacarme a bailar. Sin duda, esperaba que yo reprodujera con él el comportamiento de Mamen con su hermano, la diferencia estribaba, a parte que yo no quería acostarme con él, en que Quim no era tan agresivo con ella, como Antonio lo era conmigo.
    
    Curioso comportamiento. El que tiene la puerta abierta de par en par se frena, mientras el que la tiene cerrada la aporrea sin compasión.
    
    Pasé el peor momento cuando me entregó la tercera copa. Ya llevábamos hora y media en el local, no dejaba de mirar la hora mientras mi compañero me decía a milímetros de mi oído que no me preocupara por la hora, que lo noche es joven, cuando se negó a soltarme la cintura. Volví a apartar su mano como había hecho decenas de veces, pero me sujetó con más fuerza, dejándola allí. Se lo dije, que la quitara, pero su respuesta fue que estaría loco si dejaba escapar un tesoro tan valioso como yo.
    
    Ni me gustó el gesto, pues incluso tuvo la desfachatez de bajar la mano y tocarme la parte superior del culo, ni me gustó el comentario, pues era ...
    ... evidente que iba con segundas y me estaba avisando de que se acostaría conmigo sí o sí.
    
    Necesité un manotazo en su antebrazo para liberarme, a la vez que iba en busca de mi amiga para largarnos de allí. Casi se habían cumplido las dos horas y el cerdo con ojos de rata comenzaba a tornarse muy desagradable, incluso peligroso. Justo llegué a la altura de Mamen cuando se daban el primer beso. No me importó. Tiré de ella para que me acompañara al lavabo. Y allí, como había hecho en el restaurante, la informé de que yo me iba.
    
    -Va tía, aguanta un poco más. Justo ahora que empezábamos a besarnos.
    
    -Pues ya está, ya lo has conseguido. Yo no aguanto más al baboso del hermano.
    
    -Va, tómate la última copa,porfa, que lo tengo a punta de caramelo.
    
    -No, Antonio ya está desatado. Me ha metido mano varias veces y ya estoy harta, no tengo porqué aguantarlo más.
    
    Entonces me descolocó.
    
    -¿Por qué no te emborrachas?
    
    -¿Qué?
    
    -Sí, como en aquella fiesta de la universidad que ibas tan borracha que no recuerdas prácticamente nada. –Abrí la boca sorprendida, los ojos como platos. ¿Me estaba diciendo lo que creía que me estaba diciendo? Sí, porque a continuación añadió: -Te liaste con un tío del que ni recuerdas la cara. Yo sí lo recuerdo y te aseguro que era más feo y gordo que Antonio.
    
    -¡Vete a la mierda! –grité.
    
    -Joder, no te pongas así.
    
    -¿Qué no me ponga así? Me recuerdas una burrada que hice hace casi diez años, como si dejarse follar borracha fuera lo más normal del ...
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