1. La zorra de mi cuñada


    Fecha: 31/08/2020, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... con la polla en la mano llena de leche sin moverme hasta que pude oír como unos pasos se alejaban de la puerta muy despacio, como sin querer hacer ruido. Me limpié con unos pañuelos de papel que había en la habitación compungido sobre el corte que me daba ahora salir de allí, aunque al cabo de un minuto escuche como se cerraba la puerta de la vivienda casi silenciosamente y como arrancaba un coche justo en la calle enfrente (la vivienda se encontraba en una pequeña urbanización). Me levanté y pasé buena parte del día pensando lo que había sucedido, me costo otra paja a costa de Carmen, esta vez con unas bragas rojas de encaje que cogí de un cajón de su habitación que había con un sujetador a juego y que a punto estuve de llenar con mi corrida, ya hubiera sido lo que faltaba. Joder que corte, pensaba para mí, me ha visto haciéndome una paja, que situación cuando volviera, bueno yo haría como si no supiera que me había visto y ya está. Aunque si lo pensaba bien, no es que me hubiera visto, sino que me había espiado protegida por la puerta entreabierta. Decidí no darle más vueltas a la cabeza y pasé el día de paseo y haciendo la comida para cuando volviesen las dos. Más o menos sobre las tres de la tarde primero llegó Carmen. Cuando entró por la puerta la saludé un poco secamente como hacemos otras veces (dado que no nos caemos nada bien y es mutuo, como ya dije). _ Buenas… ¿qué tal la mañana? (dije por decir algo) _ Hola. No tan bien como la tuya… (dijo en tono desenfadado y ...
    ... sonriendo levemente) ¡Que capulla!, iba con segundas… Era una cabrona, y ahora tenía mas ganas de follármela todavía, sabía perfectamente que eso no iba a pasar nunca, pero por soñarlo que no quede. _ ¿Ha venido mi hermana ya? _ No todavía no, estará al llegar _ ¿Has puesto la mesa? _ Si y he hecho la comida ya, está en el horno para que no se enfríe. _ Míralo que majo es, voy a cambiarme (me dijo mostrándome una agradable sonrisa y dirigiéndose a su habitación) Joder, que cosa más rara, jamás había estado así de simpática conmigo…, en ese momento… ¡Dios mío!, ¡las bragas rojas de Carmen!. Se me había olvidado volver a dejarlas en su sitio y aún las tenía en mi habitación. Fui corriendo para cogerlas, pero ya me era imposible devolverlas, Carmen se encontraba en su habitación. Las guarde en un bolsillo del pantalón para esperar la ocasión de volver a colocarlas en su cajón antes de que fuera tarde. Al cabo de un rato salió de la habitación con un pantaloncito corto de andar por casa y una camiseta blanca de tirantes que realzaba las tetazas que tenía la cabrona, iba andando por el pasillo en sentido contrario al mío y no pude dejar de mirarle a las tetas, al pasar junto a mí me percaté de que llevaba un sujetador rojo de encaje que se le marcaba claramente en la camiseta (era a juego con las bragas que llevaba yo en mi bolsillo ahora…), cuando la miré al cruzarme con ella me di cuenta de que me había visto mirándola dado que su mirada estaba viendo lo que hacía la mía. Se ...
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