1. Control y amor I


    Fecha: 08/08/2020, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Crusnik, Fuente: SexoSinTabues

    ... encuerada y a sus órdenes. Esto era inclusive más de lo que yo había soñado. El hecho de que ella casi me rogara para ser mi puta eso si nunca pudo imaginarlo. Se resistía a creer que todo eso fuera por causa de las sesiones de hipnopedia, pero aparentemente no había ninguna otra explicación. Y así pasaron toda esa noche cogiendo. Tendría que organizar cómo vivirían en delante, de manera que pudiera saciar todos sus instintos sexuales en ella y llevar a la realidad todos los sueños eróticos tenidos durante todas las masturbaciones que se había hecho pensando en ella. Al levantarse Julio y entrar al baño hace el mayor ruido posible para despertarla. En cuanto lo vio le dijo: - ¿Quieres más, cariño?, hijo, ¡ven estoy dispuesta! Era Beatriz que despertaba con hambre de lujuria tocándose sus senos y abriendo las piernas para que Julio observara su concha. - ¡No!, por ahora solo quiero comer, prepara el desayuno. Beatriz respondió: - ¡Házmelo, quiero estar contigo! –su rostro era de una mujer deseosa. - Si haces el desayuno te daré lo que deseas, madre esclava mía. - Soy tu esclava, y obedeceré todo lo que ordenes. Mientras conversaban Julio se mantuvo acariciando su vagina sintiéndose excitada otra vez, al grado de perderse en la locura maligna que la ...
    ... sumía. Al alzar su rostro, Beatriz denotaba su deseo una vez más y le dijo, y sin descaro alguno: - Mi amo, soy tuya, tu zorra, por siempre hazme sentir el deseo del incesto en mi sangre y vientre. ¿Qué quieres que haga para empezar, mi señor? Después de aquella primera noche en la que se entregó siguieron muchas otras noches de pasión y no solo noches, mañanas, tardes. Prácticamente cualquier momento era propicio para entregarse a la pasión y hacer el amor en cualquier rincón de la casa. El encuentro más ardiente que tuvieron fue la noche que se apoderó de su ano. La sodomizó con tal desesperación que le costaba sentarse en cualquier lugar, así que le permití durante esos días comer de rodillas en el piso como una perrita. - Mi macho, estuviste magnifico querido mío. -dijo ella suspirando - Gracias perrita, me esfuerzo cada vez más para ti. Cada vez duro más. - Me encanta todo lo que me haces mi macho, eres el mejor hombre del mundo. Mi amor tú eres mi dueño. Yo solo soy tu perra ¡Eres tan bueno y caritativo!- y sonriendo se besaron apasionadamente. Fue en ese momento que se dio cuenta de que ella estaba sometida completamente a su voluntad, y que no se resistiría a nada que le pidiera o le ordenara. Y obviamente estaba dispuesto a aprovecharme de eso. 
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