1. Control y amor I


    Fecha: 08/08/2020, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Crusnik, Fuente: SexoSinTabues

    ... los huevos hasta la punta. La lamía y la besaba, Realmente la disfrutaba. Al poco tiempo tuvo la verga de nuevo totalmente erecta. La sacó de su boca y puso a Beatriz boca abajo. Su hijo acarició sus nalgas con las ansias de quien tanto había deseado algo y hasta entonces no había podido tenerlo, sus nalgas eran suaves, redondas, grandes y paraditas. Siguió acariciando y metió suavemente un dedo, lo movió dentro de su agujerito, era suave como un guante de seda y totalmente apretado. Se puso sobre ella y le metió la verga por la panocha, tuvo la tentación de metérsela en el culo, pero me aguante sabiendo que ya tendría ocasión de hacerlo muy pronto y no quería apresurar las cosas. En ese momento ignoraba a ciencia cierta que ella estaba totalmente a su merced para hacer cualquier cosa que quisiera. Se la clavó hasta el fondo. Beatriz ayudó abriéndose las nalgas con las dos manos. Julio metía las manos abajo de ella y le acarició las tetas: ella gemía y se movía. Beatriz nunca había sentido tan rico placer, pedía más, que no se la sacara y que la inundara con su leche. Estuvieron casi media hora en esa posición hasta que el estimulo de sus nalgas y lo apretado de su panochita le hicieron venirse por segunda vez. Era una enorme cantidad de leche. Ella grito, su cuerpo se convulsionó. Tras calmarse ambos se sintieron felices quedando boca arriba con la vista perdida en el techo de la habitación. Ella estaba con la cabeza sobre su estomago chupándole solamente la punta de la ...
    ... verga mientras hacía círculos con su dedo sobre los pelos de su pecho. - Eres lo más hermoso del mundo –dijo Beatriz—- y yo quiero ser tu puta, ¿quieres que sea yo tu puta? - ¡Claro que sí, mamita! - Pero no me digas mamita, dime puta, quiero que me trates como una puta y hacer todo lo que hacen las putas, que me cojas por donde quieras y como quieras. Era increíble el cambio que había sufrido su madre. Julio nunca había imaginado que pudiera hablar con esas palabras y mucho menos dirigiéndose a él. Su cerebro se negaba a llamarla puta, pero tuvo que vencerlo si quería llegar hasta el final de lo que ya había empezado. - ¡Está bien… putita! –contestó tímidamente. - ¡Qué buen hijo tengo! –dijo Beatriz poniéndole sus chiches en la cara y agarrándole la verga— de ahora en adelante tu vas a ser el amo y yo voy a ser la esclava. - ¿Vas a ser mi esclava obediente? - ¡Sí!, voy a ser tu esclava, esclava de tu verga, haré todo lo que me ordenes, y a la hora en que me lo ordenes. ¡Seré tu puta y tu sirvienta! y a cambio de todo eso solamente te pediré una cosa… Que no tengas ninguna otra mujer, yo quiero ser todo para ti y por eso te obedeceré en todo, ¿estarás de acuerdo en esto papito? - Claro que si putita –contestó ya con más confianza mientras le chupaba y le acariciaba sus chichotas— pero las esclavas no deben ser egoístas. - Lo que tu digas mi señor- dijo mientras besaba y lamia su oreja Su sueño se había vuelto realidad, tenía yo a su madre como siempre había querido tenerla, ...