1. Victor, mi amigo del alma


    Fecha: 07/08/2020, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... quedé mirando a Víctor. Estaba totalmente desnudo debajo de mí y noté su pene cerca de mi muslo, también estaba en plena erección. Nos miramos a la cara un segundo pero no nos movimos ni un centímetro.
    
    Me miré a mí mismo. Mi albornoz (lo único que llevaba puesto) estaba casi desabrochado. Noté la calidez de su piel junto a la mía. Víctor no hizo nada por separarse de mí; al contrario, se puso frente a mí y comenzó a pasear sus manos por mi pecho y a manosear mis tetillas, mientras se incorporaba lentamente. Me miró a los ojos y nos fundimos en un beso apasionado. Le acaricié los lóbulos mientras introducíamos nuestras lenguas hasta el fondo de nuestros respectivos paladares. Nunca me habían besado de esa forma, nunca un beso me había producido tanto placer, y, sorprendido, noté como unas gotas de mi jugo preseminal se vertían sobre el pecho de Víctor. Él ni se inmutó, se separó de mis labios, recogió mi jugo con la punta de sus dedos y lo lamió golosamente. Después me ofreció sus dedos y yo los lamí con pasión.
    
    Lentamente, Víctor se fue incorporando. Por primera vez le vi completamente desnudo y aprecié su pecho musculoso y lampiño, sus piernas fuertes y su culo prieto. Mi exploración se detuvo en su entrepierna donde me deleité en su potente estaca de 19 cm y sus pelotas grandes y sin vello. El también me exploró levemente pero enseguida comenzó a lamer con pasión los 20 centímetros de mi polla y a pasar su lengua desesperadamente por mis testículos.
    
    Vaya con las ...
    ... tragaderas de mi amigo: en un minuto introdujo todo mi pene en su boca y me hizo estremecer de deseo. Cuan-do mi respiración demostraba la inminencia de mi corrida se la sacaba de la boca y empezaba a lamer mi vientre. Al poco tiempo volvía a tragarse mi polla y comenzaba un lento mete-saca que se iba haciendo cada vez más intenso.
    
    Finalmente le imploré que me dejara acabar. Sacó mi pene de su boca, me dijo "Así no" y se dirigió al baño sin decirme nada. Al cabo de un segundo que me pareció un siglo volvió con un frasco de vaselina, untó ligeramente su ano y se sentó de una estacada sobre mi pene. Yo grité de placer mientras él gritaba de dolor-placer. Empezó a subir y a bajar mientras yo suavemente empezaba a masturbarle. Nuestras corridas fueron de campeonato y casi de forma simultánea. La mía en su agujero y la suya sobre mi pecho, mi cuello y unas gotitas que salpicaron levemente mis labios y que succioné con avidez.
    
    Víctor, se levantó y comenzó a lamer su propio semen con glotonería. Cuando acabó limpió mi polla y me dio un beso apasionado en el que se mezclaron nuestras salivas con los restos de nuestras corridas. Permanecimos un rato tumbados en la cama abrazándonos y descubriendo nuestras respectivas anatomías hasta que nos interrumpió el teléfono. Era Sergio, el chofer de papá, preguntando a Víctor a que hora quería que estuviese preparado el Mercedes para llevarlo a la oficina. "En media hora, Gracias Sergio" dijo y colgó diciéndome: "Eric, cariño, lo siento ...