1. Fui infiel mi esposo con su amigo


    Fecha: 01/08/2020, Categorías: Hetero Autor: timida28, Fuente: CuentoRelatos

    ... extraña el hablar sobre mi marido al mismo tiempo que tengo el miembro de otro resguardado en mí intimidad. Sin embargo, mis palabras demuestran franqueza al igual que cariño por Roberto a quien amo.
    
    Mis palabras le revelan con sinceridad que esto que estamos haciendo es, a lo máximo, una aventura.
    
    Tras un rato de estar conversando, Andrés comenzó a mover su pubis hacia mí levantándome unos centímetros.
    
    Yo también comienzo a moverse y en poco tiempo ambos nos meneamos con los vaivenes propios de la cópula. Me tomo de la cintura y así me ayudo en el sube y baja que poco a poco se volvió más intenso. Comencé a darme sentones cada vez más duros de tal manera que los chasquidos, al chocar nuestras carnes, se vuelven más notorios.
    
    Sigo saltando sin parar y Andrés se recuesta acomodándose sobre el espaldar del sofá para observar cómo mis senos rebotan al compás de los sentones que me daba sobre él.
    
    Luego de un buen rato en esa posición paramos porque de lo contrario Andrés ya no hubiera aguantado más y hubiera eyaculado. Nos besamos mientras yo seguía clavada en su miembro.
    
    Andrés se levantó y tomándome firmemente, me condujo hacia el espejo cercano que nos refleja desnudos. De esta forma, parados, me continúo penetrando. Yo le alzaba mi trasero y el flexiono sus rodillas a manera de estar a la altura, pues soy más pequeña que él. La imagen era muy excitante.
    
    Tras algunos minutos siento que sus piernas comienzan a temblarle, la postura le resultaba un tanto ...
    ... incómoda. Al darme cuenta de ello me desprendí de su miembro volteándome para besarnos apasionadamente.
    
    Agarrándolo del pene lo llevo hacia mi habitación. Me coloco sobre de rodillas al borde de la cama. Así, para que estemos a la misma altura.
    
    En esta posición mi trasero queda a su disposición. Me penetro como perro, aunque con ritmo suave pero constante, disfrutando de cada milímetro de mi intimidad. Mire hacia el espejo delante de nosotros, que nos refleja en nuestro enlace sexual. Esta posición en la que estamos le brinda la posibilidad de, además de llevar el ritmo, acariciar mis nalgas y mis caderas.
    
    Tras varios minutos de un mete y saca constante no se produce ningún diálogo, guardamos un silencio que expresa en mucho la naturaleza de nuestra unión.
    
    Entre nosotros no hay amor que expresar en palabras, y pese a ello seguimos y seguimos copulando.
    
    No hablábamos, él ponía su boca en mi oreja y respiraba allí, eso me calentaba más. Cogimos un ritmo fuerte pero delicioso, no paraba de tocarme las tetas, las piernas, los pelillos de mi vagina. Se mojaba la mano con nuestros jugos y me la pasaba por mi boca, haciéndome chupar.
    
    En mi vida me había sentido con tantas ganas como en esos momentos, yo movía incesantemente mis caderas, y Andrés no dejaba de penetrarme divinamente, haciendo que para mi propia sorpresa, de manera extraordinaria disfrutase de múltiples orgasmos.
    
    -¡Aaaaahhh! ¡Aaaaahhhh! ¡Aaaaaaaaahhhh! ¡Por Dios Andrés!
    
    -¡Aaaaaahhh! ¡aaaaaahhh! ...