1. Celina y yo en el motel


    Fecha: 25/07/2020, Categorías: Fetichismo Autor: Tu Pirata Soy Y, Fuente: CuentoRelatos

    ... la beso y muerdo y le susurro al oído:
    
    —Ya eres mi puta Celina, quiero que seas mi mujer de cama siempre amor, ¡te quiero nena!
    
    —Sí papi sí quiero ser tu mujer, tu puta… te doy todo lo que quieras, pero culéame papi culéame…
    
    —¿Todo bebe?
    
    —Sí todo papi.
    
    —Entonces quiero tu culito ahora mismo…
    
    —Papi dale, pero ya, antes que me arrepienta…
    
    Y así como estaba, le lamo el hoyito y le introduzco el índice y hago círculos para ir dilatándolo. Ella asustada me mira y me dice: “papi suavecito por fa”.
    
    A todo esto, yo no paraba de bombearla porque no quería que se me enfriara la nena.
    
    Después de un ratito, le meto dos dedos en el culito. Ella gime deliciosamente y aprieta la sábana de la cama. Sigo lubricando su culito con saliva. Ya está casi listo, lo he abierto lo suficiente para meter el glande.
    
    —Mami estás lista, prepárate que voy a entrar.
    
    —Ay papi suavecito por fa…
    
    Coloco mi glande en la entrada de su culito ya dilatado y comienzo a empujar.
    
    —Ayyyy papi suave suave papi —y hunde su cara en la almohada.
    
    Yo la sujeto firmemente de la cintura y empujo poco a poco. Está tan estrecho ese agujerito. En un momento dado, mi glande entra y su esfínter se dilata formando un precioso anillo que me atrapa. Que sensación tan deliciosa.
    
    —Papi me duele…
    
    —Tranquila bebe ya falta poco…
    
    Mientras le susurro palabritas al oído, acaricio su clítoris para mantenerla excitada y beso su espalda y mejillas.
    
    Ella se queda quieta como esperando lo ...
    ... peor, pero no llega, pues la penetro lentamente hasta el fondo y el dolor va desapareciendo. Meto y saco con suavidad para que ella se acostumbre.
    
    Al rato ya Celina comienza a moverse o más bien a menearse, indicación que ya lo está disfrutando.
    
    Le susurro: —¿te gusta mami?
    
    —Sí, ya no me duele, aunque se siente raro, pero me gusta. Yo nunca pensé que lo haría por ahí. Eres un perverso loco, y ahora te quiero más papi.
    
    —Cómo me gusta oírte decir eso amor.
    
    Ya no había vuelta atrás, comienzo a embestirla lenta pero constantemente. Sentía cómo me apretaba. Celina tenía los ojos cerrados y se mordía los labios y su respiración estaba agitada. Me sorprendió cuando su manita agarró mis huevos como queriendo exprimirlos. Esta niña me estaba dando una lección de sexo como nunca antes y esto que apenas era nuestra segunda sesión.
    
    Yo de tanto embestirla ya sentía que me venía, pues con la presión de su esfínter ya no iba a aguantar mucho para descargar y se lo hice saber:
    
    —Mami ya no voy a aguantar mucho, ¿dónde quieres mi leche?
    
    —¡Adentro papi déjamela toda adentro!!!
    
    Y así fue, la sujeté fuerte de la cintura y la atraje hacía mí y comencé a descargar toda mi leche dentro de su culo. Ella apretó la sábana y trataba de controlar la respiración. Yo daba bufidos como un toro furioso mientras me descargaba. No la iba a soltar hasta que mis huevos quedaran vacíos y ella lo entendió bien pues cooperaba con su meneo como tratando de exprimir hasta la última gota de mis ...