1. Noche de fiesta con el camarero


    Fecha: 06/07/2020, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... y las sábanas frías hicieron que se me pusiesen los pezones durísimos. Él se acercó a una de las estanterías y cogió un gel de masaje. Después se acercó a un mueble de cuya presencia no me había percatado y sacó de uno de sus cajones un antifaz que me hizo ponerme. Sentí como se alejaba otra vez y cuando regresó empezó a atarme las manos. Abrió el gel y echó un poco por mis pechos. Después comenzó a esparcirlo con sus cálidas manos, acariciando hasta el último rincón de mi torso. Me dió la vuelta he hizo los mismo por la espalda, por los muslos, por el culo... Cuando el masaje terminó me ató los pies, dejándome las piernas abiertas y comenzó a practicarme sexo oral. Parecía que dominaba esta técnica e hizo que me corriese en pocos minutos. Fue el momento en el que se separó de mí y escuché como sus pantalones caían al suelo. Estaba deseando de que me hiciese suya. Se subió encima mía, se sentó sobre mi pecho y me metió la polla en la boca. Yo empecé a hacerle una mamada que, a juzgar por su respiración entrecortada y sus leves gemidos le gustó y terminó corriendose en mi boca. Yo me tragué su leche y seguí chupandole la polla un poco más para limpiársela.
    
    Se bajó de encima mía sentí como una vez más se alejaba. Fue a por lubricante. Me l echó por las tetas, por el clítoris y por la vagina. Podía notar el rico olor a fresa. Empezó a chuparme una teta. Lo hacía con ternura pero a la vez con pasión. Después pasó a la otra. Acariciaba los pezones suavemente con la lengua y ...
    ... sus labios abrazaban la piel de mi pecho. Bajó rápidamente a mi vulva, me volvió a comer el coño con una maestría sorprendente, pero esta vez paró antes de que llegase a mi segundo orgasmo. Se puso un condón y sin pensárselo dos veces empezó a penetrarme sin que yo me lo esperase. Al sentirlo dentro gemí con fuerza y disfruté de cada embestida. Me metía y me sacaba la polla con fuerza. Mientras lo hacía tocaba mis tetas, me besaba el cuello... Y yo no podía parar de gemir. Nunca había experimentado lo excitante que era no ver lo que va a pasar y dejarme hacer lo que la otra persona quisiera. En ese momento era su juguete y además me gustaba serlo.
    
    Me desató pero me dejó con el antifaz puesto y me preguntó si alguna vez había practicado sexo anal y que si me gustaría hacerlo. Yo sí que lo había hecho antes pero no me había gustado demasiado. Me dijo que le dejara probar,, que me iba a gustar y que si no no tenía más que decirle que paráse y lo haría. Yo acepté. Me puso a cuatro patas y sentí cómo cogía algu más del cajón. Me hizo un beso negro. Jugueteó con su lengua en mi culito, me metió un dedo, después dos y empezó a prepararme para la penetración. Después me puso lubricante para que la polla resbalase más y comenzó a frotar la polla con mi raja. De repente paró y fui consciente de lo que había ido a buscar antes al cajón. Era un huevo vibrador. Me lo metió en el coño. Iba por control remoto, él decidí cuando lo apagaba, cuándo lo encendía y a qué velocidad iba. Por el ...