EL ALTILLO - Relatos Eróticos

EL ALTILLO

... entrar pensé que iba a estar aunque sea con un bóxer, pero no, seguía totalmente desnudo. Ingrese al cuarto mientras el buscaba ropa en el pequeño ropero. Me senté en la cama y lo mire. Me seguía asombrando con esa cola, era hermosa. Cuando se dio vuelta pude admirar su pene, estaba semi erecto y era grande, no exageradamente grande pero grande, y con una cabeza rosada que me hacía agua la boca. Rodeado por ese vello púbico tan bien depilado. Note inmediatamente como algo entre mis piernas comenzó a nacer mientras él hablaba-me dejo muerto la piscina, me parece que esta noche nos vamos a ir a dormir temprano-

-esteee…..si obvio, a mí también, me voy a ir a bañar entonces- rápidamente fui al baño, ingrese e inmediatamente me metí en la ducha y tenía un palo de aquellos, abrí el agua fría a todo lo que daba, y automáticamente me empecé a masajear mi verga porque no daba más, comencé un movimiento de arriba hacia abajo frenético mientras que con la otra mano me frotaba los testículos que estaban por explotar. Debe de haber sido la paja más rápida que me he hecho, ya que a los segundos descargue varios chorros de leche que fueron a parar a los azulejos, con la respiración ahogada y un poco aliviado me senté bajo el agua, a pensar.

Luego de una amena cena y de haber mirado un poco rato de televisión todos nos fuimos a nuestros respectivos cuartos. Había sido un día largo, con los viajes, el calor y la pileteada que nos habíamos mandado, estábamos exhaustos. En el cuarto ...

... con seba, yo fui al baño a lavarme los dientes y demás y cuando salgo él ya estaba completamente dormido en un lado de la cama, boca abajo y solo vestido nuevamente con un bóxer. Yo nuevamente no puede tentarme a mirarle ese monumento de cola que tenía, pero era tanto el cansancio que me acosté, también vestido solo con ropa interior y quede dormido al instante.

Desperté abruptamente. Algo sorprendido con un sueño que no llegue a entender muy bien. Con lo dormido que estaba intente mirar la hora en el celular, no puede, pero tenía la sensación de que era muy tarde. Estaba algo sudado, es que la temperatura seguía alta. Miro hacia mi costado y no hay nadie, Sebastián ya no estaba. Luego me doy cuenta que la luz del cuarto de baño está encendida. Tratando de no hacer ruido me arrime hasta la puerta que estaba semi abierta, me acerco en silencio y lo veo a mi primo sentado en el piso, desnudo haciéndose una paja. Me despabile rápidamente y me acerque más para verlo mejor, sin que él se diera cuenta. Fue una imagen encantadora, ya que mientras que con una mano se pajeaba de forma frenética su verga (que erecta era morcillona, carnosa y que por efecto de la paja tenía un color rosado fuerte) con la otra mano se acariciaba el pecho, bajaba hasta los testículos, se los apretaba y así sucesivamente. En mi la erección no demoro en llegar, e incluso baje mi mano y me empecé a tocar. Con los ojos cerrados el seguía en su paja, que se ve que la estaba disfrutando porque además se le ...