1. Los dos chavales de la sesión golfa (4)


    Fecha: 28/06/2020, Categorías: Gays Autor: hector.richvoldsen, Fuente: SexoSinTabues

    ... cogerlo o no, pues poco antes le había estado explicando que lo mejor en esos casos era poner tierra de por medio para olvidar cuanto antes, pero al final respondió. Debió notarle que estaba llorando, pues Álvaro le dijo que no pasaba nada, al tiempo que comenzaba a llorar de nuevo. Se negó a decirle donde estaba y Mario debió preocuparse hasta el punto de pensar que Álvaro haría alguna tontería. En cuanto colgó sonó mi teléfono, y de nuevo era Mario. Muy preocupado, me preguntó si sabía donde estaba su amigo, pues se temía que se hubiera ido a la estación a tirar a las vías o algo así. No me quedó otra que decirle que estábamos juntos, y que yo cuidaría de él hasta que estuviera mejor. Sin decir nada más me colgó, y en ese mismo momento todo encajó. Mario había rechazado a Álvaro porque era yo quien le gustaba. Nos conocíamos de vista desde que era amigo de su hermano, y aunque no habíamos hablado mucho, siempre había notado que me miraba raro, sin darle demasiada importancia. Ahora, viendo la forma en que me había colgado, di por hecho que estaba celoso, pues pensaría que me había liado con Álvaro. Entonces hice algo de lo que dudo mucho pueda algún día perdonarme a mi mismo. Por despecho, y con la única intención de devolverle a Mario la jugarreta, abracé a Álvaro y comencé a buscar sus carnosos labios. Él, que aún no había dejado de llorar, me correspondió el beso, y pronto la ropa comenzó a sobrarnos. Fuimos a mi habitación, le tumbé en la cama, y le dije que se ...
    ... olvidara de todo, que yo iba a hacerle feliz. Fue en ese momento, con Álvaro tumbado en mi cama con el torso desnudo y esperando que me tendiera junto a él cuando fui consciente de que le estaba convirtiendo en un daño colateral de la relación de amor-odio que tenía con Mario. No solo quería quitarle al chico por el que llevaba luchando varios meses, sino que encima le utilizaba para darle celos. Ya era demasiado tarde para dar marcha atrás, pero me costó mucho centrarme. Por suerte Álvaro estaba dispuesto a tomar la iniciativa, lo cual calmó un poco mi conciencia, y de paso me sirvió para comprobar que mis lecciones habían servido para algo. Me desnudó lentamente, y me la chupó muy despacio, sin ninguna prisa, como queriendo hacerme disfrutar al tiempo que me torturaba por lo que le estaba haciendo. Era realmente una pena que nos hubiéramos conocido así, pues sigo pensando que sin Mario de por medio podríamos ser una pareja casi perfecta. Incluso en la cama, y con su poca experiencia, sabía leer todas mis reacciones, hasta el punto de que no me corrí hasta que él no lo estimó oportuno. Se terminó de desnudar y se sentó sobre mí, entregando su virginidad a alguien que no se la merecía, al menos no de esa forma. Veía en su cara que le estaba doliendo, incluso volvió a soltar alguna lágrima que cayó sobre mi pecho, pero aguantó hasta que no sintió mi descarga dentro de él. Enseguida me di la vuelta, dándole a entender que era su turno. Salvo con Mario y Abraham, era la primera vez que ...