1. Los dos chavales de la sesión golfa (4)


    Fecha: 28/06/2020, Categorías: Gays Autor: hector.richvoldsen, Fuente: SexoSinTabues

    Desde que quedé con Álvaro hace tres o cuatro días, las cosas han vuelto a dar un giro inesperado. Como ya dije, vino con sus padres al cine, y después de la peli se quedó hablando conmigo. Yo salía a esa hora y estuvimos cenando algo en el McDonalds que hay justo enfrente. Antes de ir a por el postre reuní las fuerzas necesarias para contarle lo ocurrido con Mario, pidiéndole que no le dijera nada a él. Se suponía que Álvaro y yo no habíamos vuelto a vernos, así que incluso tenía coartada. Se sorprendió de su reacción, claro, pero me dijo que tampoco le extrañaba mucho, que siempre había sido imprevisible y algo bestia. Me contó que en el instituto un chico le escondió el móvil para gastarle una broma, y cuando fue a devolvérselo Mario le partió la nariz de un cabezazo. En vista de esos antecedentes, tampoco me resultó rara su respuesta, pero la cosa no podía quedar así, sobre todo teniendo en cuenta que entre él y su hermano podían seguir puteándome hasta que les diera la gana. El buenazo de Álvaro se ofreció para intentar ayudar como pudiera, aunque no quiso explicarme lo que iba a hacer. Al día siguiente hablé con él por el Messenger y me contó que se había sincerado con Mario: le había dicho que llevaba tiempo queriendo ser algo más que su amigo, y que después de lo del otro día en el cine se había dado cuenta de que podía llegar cualquiera y quitárselo. La respuesta fue algo sorprendente, y dura de aceptar para Álvaro. A Mario también le gustaban los chicos, aunque ...
    ... no sentía nada por su amigo. No se muy bien si lo hizo por hacer daño, pues simplemente con decir que era hetero las cosas hubieran seguido un cauce más normal. Álvaro le preguntó si estaba con alguien, y Mario contestó que no, aunque le gustaba un chico mayor que él y se habían liado un par de veces. Cuando me lo contó ninguno de los dos nos lo creímos, pues no tenía mucha lógica. El caso es que la cosa se quedó así esa noche, y al día siguiente todo dio un nuevo giro. Me despertó el teléfono, y cuando descolgué me encontré con quien menos esperaba, con Abraham. Me explicó que sentía mucho lo del otro día, que se habían pasado un huevo conmigo, pero que tenía que comprender que Mario era su hermano pequeño y le había sentado muy mal que me hubiera aprovechado de él. No quise defenderme, pues tenía las de perder, y aunque estuvo algo frío, parece que arreglamos el asunto. Ellos no me denunciarían siempre y cuando dejara en paz a Mario. Un trato justo dadas las circunstancias, pensé yo. Puse al día a Álvaro, y vino corriendo a mi casa para decirme cuanto se alegraba, y de paso, desahogarse un poco conmigo. De la risa pasamos al llanto, y tuve que consolarle durante el largo rato que me explicó entre lagrimas cuanto quería a Mario. Por primera vez me arrepentí de lo que había hecho, en cierto modo me había metido entre los dos y por mi culpa se habían precipitado los acontecimientos. Cuando ya estaba más calmado después de un par de tilas, sonó su móvil. Era Mario. No sabía si ...
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