1. Mi profesora de literatura


    Fecha: 25/06/2020, Categorías: Confesiones Autor: Urawan, Fuente: CuentoRelatos

    ... quede solo feliz pero también frustrado lo que había hecho y soñando cuando terminemos lo iniciado y como yo ya no era virgen sabía lo que hacía no era un experto en esas cosas pero sabía como calentar a una mujer y que su sangre burbujee de lujuria.
    
    El día lunes tratamos de mantenernos tranquilos cada cual por su lado pero luego de clases, Cecilia me dijo:
    
    -Urawan tengo problemas con su trabajo. Deseo que se quede un momento luego de clase.
    
    Todos mis compañeros salieron. Ella cerró la puerta con seguro y se me acerco a darme un abrazó y beso que se lo correspondí. Me gusto sentir su cuerpo liado al mío. Me gustó sentir sus pechos pegados a mi pecho y su pubis abombado adherido al mío, haciéndole sentir mi masculinidad erecta. Me gusto mucho su trasero gustoso y apetecible que lo acaricié todo él. Ella no me lo impidió. No perdió el tiempo y llevó su mano a mi picha que ya estaba parada, me masajeo y masajeo. Desabotonó mi pantalón, introdujo su mano. Lo hizo suyo, continuo masajeándome sin parar.
    
    Mi profesora de literatura había perdido los estribos. Estaba loca de deseo porque sea de ella. Yo me dejaba que lo haga todo lo que ella quería hacerme es más nunca había tenido una mujer que me ame del modo que lo estaba haciendo, sin pudor, sin límite, sin miedo de mi reacción. Mi profesora de literatura me estaba dando lecciones prácticas del Kama Sutra que habíamos estudiado cuando nos adentramos en la literatura hindú.
    
    -¡Uy! La tienes buena para ser un ...
    ... adolescente más rica que mí…
    
    -¿Qué mi qué?
    
    -Mi maridooo. Si mijito más rica que de la de él. No grande pero si muy gruesa. Me gusta mucho.
    
    -¿La mía es mejor?
    
    -Si, mucho mejor, más rica. Papá mucho más rica, no más grande pero sí mucho más gordita. Volvió a repetir. Quiero tenerla toda. ¿Me la das?
    
    No dejo que responda ya que continúo y continúo masturbándome hasta que me hizo terminar. Mis fluidos salieron disparados. Me la estrujó y exprimió para que nada quede dentro de mi. Vi que estaba muy excitada ya que mientras me masturbaba se llevó una de mis manos a su cosita para que haga lo mismo. Le metí más de un dedo en su cosa mojada. La estimule tanto que se estremeció, tembló su cuerpo. Cerró sus piernas herméticamente. Su cosita dejó salir ríos de lujuria hasta que dijo:
    
    -Para, para. No puedo más vamos a mi casa quiero hacer el amor contigo. No más aquí es peligroso nos puede encontrar. Te deseo mucho. ¡Ay! No puedo más. Quiero que seas todo mío. Únicamente mío. Mi marido llega a la noche y a mis hijos les mando al parque de paseo con la empleada. Tenemos un par de horas para amarnos. Para, para. No más aquí. Paaara, aquí no. Te lo suplico.
    
    No había porque suplicar si yo también deseaba con locura hacer el amor con mi profesora de literatura. Ya en su casa y luego que sus hijos se fueron al parque nos lanzamos como desesperados a buscar el deseo que tenían nuestros cuerpos y los encontramos prestos para satisfacerse.
    
    Nos recostamos en una mullida alfombra. Yo ...
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