El Intruso Capitulo 4 - Relatos Eróticos

El Intruso Capitulo 4

... mayor fuente de deseo de placer carnal. Me quite mi pantalón y bóxer, me acosté a su lado, ella dormía en la misma posición que su mamá, eran tan similares hasta en eso, mi pene brincaba conforme lo iba acercando a mi niña, escupí en mi mano y volvía embarrar saliva en mi glande, lo puse sobre su raja sin penetrarla, solo quería deslizarlo y entonces escuche algo ‐ ¿Tío? ¿Qué? Pensé para mis adentro mientras le deslizaba mi pene por su rajita, ¿por qué demonios decía “tío”? ‐ Tío…—dijo nuevamente ‐ Shhh duerme Le susurre, ella se volvió a acomodar y cerró sus ojitos, mi mente volaba aún más; si, mis sospechas eran ciertas, algo ocurría y me era ocultado, y no sé porque eso me excito tanto, mi pene duro como roca se deslizaba por encima de la rajita de mi perlita, pensé que mi compadre “tío” de ella, ya le habría hecho eso, pero ¿cuándo? ¿En qué momento?, ellos siempre estaban bajo nuestra vigilancia, a menos que… Carmen supiera y estuviera de acuerdo. Posiblemente mi Carmen le permitía abusar de mi hija, ellos me lo ocultaban para que no se los prohibiera, nuevamente era engañado por ellos dos y hacían cosas a mi espalda, eso me enloqueció más de deseo, mi mente se llenó de morbo y lujuria al sentirme nuevamente engañado y humillado por ellos; ya loco de deseo retiré mi pene, le puse más saliva y lo apunte al culo de mi hija, mi glande entro y se quedó atorado, tenía a perlita sujeta de su pechito con mi mano y sentí como ella puso su mano ...

... sobre mi antebrazo y susurró muy bajito ‐ Despacito tío… Enloquecí y me moví, no quise meter más, pero mi glande se hiso un pistón en el culito de mi perlita, entraba y salía con mucha facilidad, mi hija pujaba y gemía a ratos, no sabía si estaba completamente dormida o no, pero movía sus caderitas muy suave, acompañando mis embestidas, me sentía el hombre más pervertido del mundo bombeando el culo de mi hija, sentí mi eyaculación inminente y gemí mientras me moví mas rápido y metí otro poco mas ‐ Aaahhh ay Mi hija también se quejó con mi brusquedad, pero no se quitó, se dejó hacer por mi pensando que era su tío, eyacule abundante leche, tanta que escurrió mientras aun le bombeaba el culo, mi verga perdió dureza dentro del culo, mi hija pujo y expulso mi pene como si fuera un pedazo de mierda, iba a voltear seguramente a besar a su “tío”, pero no la deje, la mantuve de espaldas a mi mientras besaba su cuello y su nuca, la arrulle un rato hasta que noté que se quedó profundamente dormida, me levante, ya ni me preocupe por limpiarla, se quedó acostada desnuda de la cintura hacia abajo con su culo lleno de leche. Caminé confundido hasta mi recámara, Carmen ahí seguía dormida como un ángel, me acosté a su lado y se recargó en mí, me abrazó dormida y yo boca arriba sentí su tierno abrazo, no pude hacer otra cosa que besarle la frente al amor de mi vida que me engañaba de nuevo, la amaba tanto, pero tenía que averiguar la verdad, sí que lo haría.