Helena y su marido no tan fiel - Relatos Eróticos

Helena y su marido no tan fiel

... una mano y empujó su verga hasta el fondo de mi culo. Por suerte, mi quejido ahogado no pudo ser oído por mi amiga del otro lado.“Por supuesto, mi vida, yo también estoy contento de que ya estés de regreso, nos vemos en casa, te espero, ya sabes cómo” dijo con cierto tono de complicidad.Cortó la comunicación y comenzó a bombearme el culo con urgencia, desesperación, con bronca. Le pedí que me cogiera más despacio, me estaba doliendo tanta presión. Pero él no se m*****ó por mis ruegos, continuó desgarrando mi culo con su poderosa pija, hasta que en un momento jadeó más fuerte y se tensó hacia atrás, aferrando mis caderas con sus fuertes manos. Había acabado en el fondo de mi cola, podía sentir su semen ardiente invadiéndome.Me sacó su verga todavía erecta muy despacio y se quedó tendido en la cama. Miró su reloj y anunció: “Mi mujercita llega en diez minutos”.Volé al baño a limpiarme rápido, tomé mi cartera y muy velozmente llegué a la puerta de calle. Apenas había hecho unos diez metros, cuando estacionó un taxi y bajó mi amiga muy alegre con sus valijas. Jorge salió a recibirla con un beso.Dos horas después Helena me llamó al celular. Se la oía agitada y excitada, evidentemente había tenido una cogida espectacular por el reencuentro.“Hola nena, te aviso que ya estoy en casa, allá se suspendió todo hasta nuevo aviso, es demasiado trabajo, así que posiblemente vengas también a darme una mano… y de paso disfrutamos un poco de libertad para nosotras”.Le pregunté si se sentía bien, porque la oía algo agitada.“Es porque estuve cogiendo como una perra, todavía no pude recuperar la respiración y mi concha quedó en llamas… no te imaginas cómo me recibió Jorge, evidentemente mis ausencias lo ponen muy caliente” dijo contenta.Claro que sí, tenía ganas de decirle, ni te imaginas cómo me dejó la cola a mí…