1. Suegrita linda (2): Viuda lujuriosa


    Fecha: 23/05/2020, Categorías: Sexo Oral Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... y por el ano, no había pasado de jugar un poco con mis dedos pero tan pronto se lo tocaba se le fruncía, un poco por virgen y otro poco por temor al grosor.
    
    Luego de una suculenta mamada volvió a cabalgarme, aferrada del respaldo comenzó a hacerlo con todo el vigor de una abrasadora calentura que le había encendido las mejillas. Los gemidos y quejidos cuando la dejaba caer a tope la estremecen, toma ritmo de cabalgata en una atropellada de los últimos metros de carrera. El estallido emocional del orgasmo fue increíble, me costaba sostenerla en la tensión de su espalda, aprieta sus rodillas contra mis muslos, balancea sus pechos y me los friega en la cara, avanza el torso y retrocede, todos sus movimientos son vibrantes y desordenados, sube a la cima de su mundo de lujuria, una pausa para tomar aire y nuevamente repite la escena de agitación y locura.
    
    La descarga de adrenalina aportada por el orgasmo se hace sentir en su cuerpo y la mente, se desvanece la carga de agresividad sexual, se me viene encima abraza y por primera vez besa en la boca, busqué su lengua, respondió buscando la mía. Me comió la boca, haciéndome respirar dentro de la suya, Linda había perdido la cordura, se deja llevar en este torbellino de pasión y desenfreno.
    
    Deviene en momentáneo relax de quietud física y contención emotiva, disfrutó ser doblegada por el miembro que abrió su intimidad, sus pechos fueron presa fácil de mi voraz deseo de succionarlos, este estímulo la fue poniendo nuevamente en ...
    ... la carrera hacia el prometido orgasmo.
    
    Nuevamente volvemos a tomar el ritmo, le cedí el manejo del acto, gozar y ser gozado, ella la que tiene la tarea de llevarme a la cima, exprimir mi calentura hasta la última gota.
    
    No le costó demasiado trabajo ponerme al límite, aunque en medio de esa tarea ella disfruto un segundo orgasmo breve pero disfrutado. Nuevamente me recuerda que no me venga dentro de ella, cuando el tiempo apremia le aviso, desmonta y se coloca entre mis piernas, pajea y esparce la abundante y tibia lechada sobre sus pechos.
    
    Antes de levantarme le urgí una lamida sobre la cabeza del pene, quería que aprenda a sentir el sabor de la leche, acostumbrarla, sin otra opción accede y los gestos demuestran lo poco que le agrada sentir el contacto de su lengua con el semen.
    
    Se limpió el profuso lechazo, unas cervezas calmaron los sudores propios del verano y de la feroz calentura.
    
    Mientras ella buscaba las cervezas pensaba en la forma de poder terminarle dentro del ano, pero si me retaceaba la boca, no me sería fácil vencer la resistencia de dejarme hacerle el culo, éste era realmente bueno y firme, sin ninguna duda me gusta mucho más que el de su hija. Se nota que puede leerme el pensamiento. – Me estabas mirando el traste, te veo muy interesado en él.
    
    - Bueno, soy un macho y lo tienes bien bueno.
    
    - Sí, lo sé, pero… siempre eso fue algo prohibido, además con esto (me la toca) tan gordote, no me entraría
    
    - Sí que entra, ninguna mujer muere por ...
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