1. Por fin pude disfrutar la verga del doctor


    Fecha: 29/09/2017, Categorías: Humorísticos Autor: Dulce Fuego, Fuente: CuentoRelatos

    ... echarme hacia atrás y a abrir la boca para tomar aire, pero inmediatamente después, volví a apretar mis labios alrededor de esa verga gruesa y dura y de nuevo la mano del doctor me empujó hacia él obligándome a tragarme su hombría hasta el fondo. Luego de estársela mamando completa al doctor durante un par de minutos, tuve que apoyar mis manos contra sus piernas para darme un soporte que me permitiera regular la profundidad a la que mi boca estaba siendo penetrada. Estuve chupando su verga no tan profundo durante un rato, dándole un besito ocasional en la punta del glande con mis labios muy paraditos. Una vez que recuperé el aliento y mis ojos estaban menos llorosos, decidí convertir uno de esos tiernos besitos que le daba en la punta del glande en una rápida y profunda chupada que repetí igual de profunda a un ritmo tan acelerado que se escuchaba el chasqueo de mi saliva acumulada.
    
    Con su mano en mi nuca empujando mi cabeza hacia él, mientras mis labios no aflojaban la presión alrededor de su pene, el doctor H. iba marcando el ritmo de la primera mamada que yo le daba. Ya sentía en mi boca su verga durísima a punto de dispararme su carga. Como otra vez se lo estaba mamando profundamente, mi saliva había empezado escurrir formando delgados hilitos que se convertían en gotas de saliva y fluido pre eyaculatorio en el piso del baño. El final estaba cerca y tenía que hacerlo eyacular rápido, pues con tan poca gente en servicio en la clínica a esas horas, nuestra ausencia ...
    ... se iba a notar en poco tiempo. Así que saqué su verga de mi boca y me repegué al cuerpo del doctor, que en los últimos minutos había dejado de verme a los ojos para deleitarse con nuestro reflejo en el espejo durante la rica mamada que le estaba haciendo: yo de rodillas frente a él mamándole la verga, con mi cabello castaño recogido por las políticas del hospital y en mi cabeza el conocido tocado de enfermera; mi espalda desnuda y mi cabeza balanceándose al ritmo que me imponía con su mano. Levanté la cara para voltear al espejo y verme reflejada como una puta sometida al placer de mi amante, luego, volví a mi posición frente a él, me sujeté la base de las tetas para levantarlas y me estiré hasta ubicar la verga del doctor entre ellas. Yo mido 1.68 y el doctor H. a pesar de ser alto, no rebasa por mucho el promedio, así que la maniobra para atrapar su pene con mi busto no implicaba mucho esfuerzo y sí un buen margen de movimiento, que aproveché para estimular a mi amante. Su verga, empapada por mi saliva se resbalaba deliciosamente en el espacio entre mis senos, espacio que se veía estrechado por la fuerza con que mis manos apretaban mis tetas. Miré hacia el lugar en donde el riquísimo fierro del doctor ultrajaba la suave piel de mis senos. Aceleré el ritmo de mis movimientos y en la punta de la verga del doctor se comenzaba a acumular un líquido blanquecino, miré fijamente al doctor y susurré -Dámelo, mi amor- Terminé la frase y mordí mi labio inferior emitiendo un par de ...