1. El Profesor (Parte 1)


    Fecha: 30/04/2020, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues

    ... tendremos la celebración en el colegio de las fiestas patrias. Necesito que seas el protagonista de una presentación que haremos. Será un baile polinésico y, debido a que has tenido un notable cambio corporal, eres el sujeto perfecto para calzar en uno de sus típicos trajes de plumas y el taparrabo. -¿Es broma? –preguntó descolocado. -¿Quieres subir tu calificación? -¿Le han dicho que no se debe contestar una pregunta con otra pregunta? –sonrió. -¿Eso es un no? –pregunté sosteniendo su examen. -Está bien –dijo rindiéndose-. Lo haré. Y así fue como abrí las puertas para un nuevo tipo de negociación. El día llegó y estaba recorriendo todo el colegio afinando los últimos detalles. Es increíble lo complicado que es coordinar a tanta gente y, sobretodo, a los padres metiches que no permiten que hagamos nuestro trabajo tranquilos. Pasaba por afuera de los camarines cuando de la ventanilla oí mi nombre. Me giré y era Rocco. Entré a los camarines y lo vi un poco complicado por la vestimenta. -No sé cómo va todo esto –decía nervioso. En los ensayos lo había hecho muy bien, pero en vivo le entraban todas las inseguridades. -Está bien, yo te ayudo –le dije-. Quítate la ropa. En segundos y sin chistar, lo tenía sólo en calzoncillos frente a mí. En ese momento estuve consiente de lo atractivo y sexy que era. Es decir, antes ya me había fijado que era apuesto, pero no de la manera en que ahora lo veía. Tenía unos perfectos y definidos pectorales con un abdomen envidiable. Sus oblicuos ...
    ... eran una tentación divina al igual que el respingado trasero que portaba. Borré los pensamientos y lo ayudé con el taparrabo, las plumas, y los demás elementos. Terminamos justo cuando quedaba una actuación para que fuera su turno. -Estoy nervioso –me confesó. -Todo saldrá bien –le dije-. Estuviste genial antes y los estarás ahora. No harás nada que no hayas practicado anteriormente. Y, si te sientes nervioso, sólo mírame. A nadie más, sólo a mí. -Gracias –dijo. Le sonreí y le palmeé la espalda indicándole que era hora de que se reuniera con los demás. El baile al final salió perfecto, y no despegó sus ojos de los míos durante toda la presentación. Algo produjo en mí, pero se eliminó todo al día siguiente cuando noté que había vuelto a ser el mismo patán. Varias veces intenté hablar con él, pero era como hablar con la pared. Me afectaba demasiado su mala disposición y me frustraba no lograr hacer un mínimo cambio en él. Un día, previo a la entrega de notas de otro examen, se presentó ante mí nuevamente. Su carácter había vuelto a cambiar y me volvía a pedir ayuda con la calificación. Esta vez revisé bien el examen y me di cuenta que no había ningún error; era la nota que se merecía. Al verlo tan triste, decidí darle una oportunidad, creyendo que así lograríamos entablar una relación más llevadera al mostrarme más comprensible. Le mandé a hacer un informe para así subir su calificación. Pero llegado el día de la entrega no lo presentó. -¿Y tú informe? –le pregunté. -No lo hice ...
«1...345...11»