1. LOS VIAJES DE ALEIDITA SOLITA. 5ª. PARTE. FINAL.


    Fecha: 25/06/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: sexigaleno, Fuente: SexoSinTabues

    ... para voltearla boca abajo e ir subiendo las lengüetadas por las pantorrillas duras y hacerle muchas pasadas linguales en la parte trasera del doblez de ambas rodillas y seguir subiendo por los muslos firmes libres de cualquier detalle, hasta encontrarse con el borde del bóxer el cual se lo dejó puesto y siguió su camino hacia esas montañas de carne a las cuales besó apretó suavemente, siguió por el camino que dirige la espina dorsal desde la vértebra coxal hasta llegar a la última cervical y lamer la parte trasera de su occipital, arrancándole a la nena una serie de gemiditos parecidos a cómo si estuviera llorando, la puso boca arriba y siguió atormentando con esa labor lingual las partes bajas de sus senitos, subió a lamer muy delicadamente esas axilas que aún no manaban aromas de mujer. Hasta que por fin se decidió a retirar la prendita íntima que cubría su pequeña intimidad femenina de niña aún, bajó lentamente situándose bajo el ombliguito de Aleidita, en ese lugar ubicó un caminito suave de vellos que llevaban a encontrarse con la delicada pelusilla suave de ese montecito de venus que se alzaba y retrocedía de una manera lenta, cómo invitando a ser devorada, ya que por instinto de las múltiples lamidas inducidas en ella, hacían un breve baile sensual previo a lo que estaba por llegar, la boca ávida de don José fue a situarse en la alzada vaginita a quien le daba pequeños mordiscos, sin llegar a lastimarla, hasta que ella de una manera natural y sin forzar la apertura ...
    ... abrió sus gruesas piernitas y dar permiso a seguir más internamente, la lengua traviesa fue a posarse muy delicadamente entre los pliegues vulvares de ese capullo en flor, a la que una serie de pasadas linguales hacían que se estremeciera más de lo que ya estaba y abundantes líquidos salían al exterior de ella, por lo que presuroso don José degustaba hasta el sació, las caderas de Aleidita eran un ir y venir y de ves en cuando las rotaba sus gemiditos se iban convirtiendo en jadeos, hasta que una y otra vez sentía la necesidad de orinarse, logrando don José arrancarle dos orgasmos intensos con la boca, hasta casi Aleidita quedar desmayada. Después de ese par de intensos orgasmitos de Aleidita, la tormenta se volvió calma, sentados en la cama degustaban sus vinos de fruta helados, se decían cosas muy calientes entre este septuagenario y la tierna Aleidita, al grado de volverse a calentar el ambiente, la luz de la lamparilla de petróleo bajo su intensidad el lugar estaba casi a oscuras, y el dialogo continuaba entre la penumbra de ese espacio oscuro así: J. - - - Aleidita, ¿te gustó lo que hicimos?, porque estoy muy caliente ¡siénteme! Al. - - - ¡Ay papi, hiciste que me orinara mucho!, no sé qué me paso, pero uff, estoy como algo temblorosa de mis piernitas, nunca me habías echo eso como hoy, ¡¡a ‘su papi, tienes el pene bien duro!!, ¿quieres que te lo sobe, cómo en la escuela? J. - - - Sí Aleidita, ya sabes lo que tienes que hacerle para que se me baje lo duro, ¡pero hoy me lo ...
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