1. El negro Luis


    Fecha: 01/04/2020, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... reinante hacia que no lo notáramos, me acerqué y besé los labios carnosos de aquel bello negrito que ya acariciaba con sus enormes manos mi espalda y apoyaba su pija contra mi vientre y saluda a mi bestia blanca que orgullosa sacaba fuera todo su glande diciéndole a la otra que ella estaba allí también pidiendo guerra.
    
    Luis correspondió a mi calido beso mordiendo mis morros y metiendo su lenguenton dentro de mi boca y hurgando dentro de ella a la captura de mi saliva y el roce de mi lengua, aquello estaba poniéndose cada vez mas calentito, este chico sabia perfecto lo que se hacia y cerrando los grifos lo saque de la tina para llevarlo a la cama donde estaríamos mejor.
    
    Durante el traspaso de uno a otro lugar continuamos mordisqueándonos posesivamente dejándolo caer de un empujón sobre la cama me lancé sobre su cuerpo directo al mástil que le pendía y lamí con ansiedad aquel cacho de carne negra que sabia riquísimo, pasee mi lujuria por toda sus partes mas intimas que ya las había hecho mías, saboreando sus gordos cojones recubiertos de unos intensamente negros vellos rizadísimos, lamí sus bellos pechitos con dos pezoncitos que estaban duritos como botones de coral.
    
    El negro gemía enloquecido de placer y mientras recibía mi gran lamida el con sus manos se desvivía por procurarme todo el placer que el era capaz de producirme amorosamente.
    
    Tuve que darme una pausa para poder recuperar el aliento, y en este momento aprovecho para ser el quien me propinara otra ...
    ... maravillosa lamida de mi verga morena y de mis cajoncitos velludos terminando metiendo su legua gruesa dentro de mi ano y haciéndome una gran follada con ella.
    
    Sintiéndome ya totalmente dilatado por aquellos cariños pedí a Luis que fuese poseyéndome, no sin antes ofrecerle un condón que saque de la mesita de noche y él obediente se colocó en es cacho de verga y sin mucha dilación situó la punta en la entrada de mi ano, una vez tuvo el tiro listo empujo suavemente hacia dentro, encajándome el bicho en mis entrañas de certero disparo.
    
    Aquella jodienda será inolvidable, el negro se movía de manera rítmica y acompasada como si una bachata estuviese bailando conmigo y cada arremetida que me daba me provocaba un placer irrepetible en mis adentros.
    
    Cambiamos dos veces de posición y para terminar me cogió con las patas para arriba y ahí fue donde ambos nos vinimos entre gemidos y gritos de placer, el muchachote dentro de mis vísceras mas intimas y yo en su pecho e incluso un chasquido le llegó hasta su barbilla y entre besos y carantoñas mas tarde yo mismo de una lamida se lo limpié.
    
    Después de un buen descanso donde recuperamos el aliento y nuestras respiraciones se volvieron serenas, fuimos al baño y nos fregamos bien los dos disponiéndonos a salir al velorio de Dª Amalia.
    
    Esta no fue ni la primera ni la última vez que nos encontramos el negro Luis y yo, aprovechamos más de una salida de mis queridos Bartolo y Anaís para gozar juntos de nuestros juegos más íntimos y ...