1. Mi tío, mi sueño y yo


    Fecha: 25/06/2017, Categorías: Hetero Autor: Martz Santo, Fuente: CuentoRelatos

    ... abrí sus cachetes y como quien no quiere el subió una pierna y dejó al descubierto su ano, ya eso me pareció muy raro dado que se muy bien cómo mover a alguien cuando duerme y está borracho, ya sabía que estaba despierto y cooperaba, para probarlo le metí de nuevo la mano por el culo y hasta paraba las nalgas para dejarla entrar y hacía movimientos para apretarme la mano con su esfínter.
    
    Ya seguro saqué mi mano de su culo y lo ensarte con mi verga y me subí encima de él, le bese el cuello, las orejas, recorrí con mis manos sus brazos, su espalda, abrace su cintura y luego busqué sus senos y los apreté con gusto mientras lo penetraba rico en el culo, tomé sus manos y metí mis dedos entre sus dedos y el solo gemía y me apretaba el miembro muy rico y paraba las nalgas para recibirlo todo dentro, eran unas nalgas firmes, duras, riquísimas, suaves al tacto.
    
    Me sentía tan a gusto dentro de ese culo que no quería terminar nunca y paraba para alargar el momento y movía mi verga en círculos tocando sus paredes y su esfínter goloso me abrazaba poniendo mi verga más dura, hasta que culeandolo y besando su cuello mientras apretaba sus ...
    ... senos derrame en su interior mi esperma con inmenso gozo y me abrace a él.
    
    Que delicioso momento y que precioso culo que era mío en ese momento, pero como todo lo bueno dura poco tuve que salirme, subir su calzón y taparlo para después envolverme en mi cobija y dormirme.
    
    En la mañana al despertar no sabía si había sido verdad o fantasía, pero que hermoso sueño tener entre mis brazos aquel hombre tan varonil y sus nalgas ensartadas en mi verga a mi gusto con gran gozo, la cama ahora vacía no parecía mostrar huellas de la batalla.
    
    Sólo más tarde pude corroborar que no había sido un sueño cuando mi tío regreso del trabajo y me toco la cabeza con cariño y me regaló un helado, me guiñó un ojo y me dio un beso en la mejilla diciendo muy quedó en mis oídos;
    
    "Gracias me gustó mucho"
    
    Luego de eso, el me visito algunas veces en mi cama oliendo a vino pero sin estar tomado y pude gozar de ese precioso culo a mi antojo hasta que tuvo que mudarse de casa y ya no lo volví a tener entre mis brazos hasta unos años más tarde, cuando él ya era un hombre más maduro y yo un joven de 25, pero hubo muchos otros que ya les contaré otro día. 
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