1. En el faro de Mera me folló


    Fecha: 29/03/2020, Categorías: Incesto Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos

    ... terminó de ponerse los zapatos, así en pelotas como estábamos, fuimos recorriendo aquella zona del faro de Mera.
    
    Nos sentamos al pie del faro, que no estaba más que a unos 5 metros del coche. Allí hablando, fumamos el cigarro, y después de habernos fumado otro cigarrillo, empezó a meterme mano, y besarme de nuevo.
    
    ¡Dios! Ya estaba caliente de nuevo, como una perra en celo.
    
    Esta vez conseguí agarrar su polla y llevarla a mi boca. La saboree de todas las maneras que pude, hasta que me puso de pie y haciendo que colocase las manos sobre la pared del faro, me volvió a enterrar su polla en mi culo.
    
    Me hizo inclinar un poco para que mi culo saliese un poco, y pegándose a mí, y haciendo que abriera un poco las piernas, de una sola estocada, me enterró de nuevo su polla.
    
    ¡Aaaahhh! ¡Dios! Parecía que estaba clavado en una estaca. Cada vez que me culeaba, me hacía poner de puntillas.
    
    Iba despacio y a la vez con su boca me mordía la nuca, y susurraba; que bueno estás, te voy follar toda la noche. Te voy llenar el culo de leche hasta dejarte preñado.
    
    ¡Dios! Me tenía en trance con aquellas folladas. Las piernas ya me temblaban, y si no fuera porque me sujetaba con sus manos las caderas, me hubiese desparramado sobre la muralla del faro.
    
    Cada vez que me culeaba, ahora me levantaba en el aire.
    
    Me agarraba con sus manos sobre las caderas y detrás de mis piernas. Prácticamente me estaba follando en el aire.
    
    Con cada arremetida que me daba con su polla, ...
    ... ayudado por sus manos, me levantaba del suelo, haciendo que yo a la vez con mis manos apoyadas en la pared, las fuese cambiando de posición, pareciendo que estaba escalando aquella pared del faro.
    
    Aquella follada que me estaba proporcionando, me hacía sudar como un toro bravo. Si aquello no terminaba pronto, caería esparramado al suelo sin remedio; ya apenas me quedaban fuerzas.
    
    La polla se me bamboleaba derramando unas continuas gotas de semen, que iban en todas direcciones. Además de No parar de gemir, cada vez que me enterraba su polla en lo más hondo de mi culo.
    
    ¡Dios! Aquella follada me tenía extasiado; me hacía poner los ojos en blanco y a punto de desmayarme.
    
    Ahora cada vez iba a mayor velocidad y no paraba de gritar; así, así, así; ¡ooohhh! Que gusto, joder que culo, que culito tienes y que gusto me estás dando, ¡ooohhh! Así, así, así; ¡oooohh!, me corro, ya me corro.
    
    Y dando unas envestidas profundas, que prácticamente me tenían en el aire, me volvió a llenar el culo de leche.
    
    Cuando terminó de correrse, sin sacar la polla de mi culo, me abrazó fuerte mente, dejando que apoyara totalmente los pies en el suelo, a la vez que me besaba la cara, nuca y cuello.
    
    Mis piernas no paraban de temblar, y si en aquel momento me llega a soltar, me hubiese caído al suelo sin remedio. Pero él dándose cuenta de aquello, sin dejar de abrazarme y mordiendo ahora mi cuello, con una de sus manos agarró mi polla meneándomela hasta que me hizo corredme de nuevo aquella ...