1. Tarjetas black (Parte 3)


    Fecha: 28/03/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Rober XL, Fuente: CuentoRelatos

    ... de madera y aluminio se comenzó a estremecer. Entonces el Delegado noto que uno de sus pies se resbalaba.
    
    ― ¡Mire, Sra. Villaescusa! … ¡Mire como le chorrea el coño!… ―ella no podía verlo, pero en el suelo había un pequeño charquito que la inculpaba. Yeimy debía haber tenido pérdidas con alguno de sus orgasmos.
    
    ― Su coñito quiere polla, Yeimy…
    
    Yeimy no estaba acostumbrada a oír aquel tipo de lenguaje. De hecho, estaba acostumbrada a hacerlo en silencio, pero no podía callar más, su sexo estaba en un clímax continuo y tanto gusto, tanto placer le hizo perder los buenos modales “en la mesa” del jefe.
    
    ― ¡Sí, dame! ¡Dame polla! ¡Por Dios, qué rica!... ¡Más! ¡Más! ¡Así!... ¡Sí, fóllame, fóllame el coñito! ¡Ahora es tuyo, cabrón! ¡Sólo tuyo!... ¡Vamos, llénamelo! ¡Quiero sentir como me llenas! ―expelió al vigoroso Delegado.
    
    ― ¡Es lo que pensaba hacer! ―gritó Róber pensando que era cierto eso de “si hay una mujer más puta que una latina, es una latina casada”. Juntos le estaban poniendo unos buenos cuernos a su marido, y ahora él no podía fallar, debía rematar la faena―…prepárate preciosa… Seguro que tu marido no te ha llenado nunca así.
    
    Aquello ya fue demasiado para la contable que empezó a temblar a causa de las señales de placer que emitía su clítoris.
    
    ― ¡Qué coñito tan rico tienes, zorra! ¡Toma! ¡Toma! ...
    ... ¡Toma! ―Róber la mordió en el cuello y le hundió su sexo con tanta fuerza en el chochito que la pobre sintió como la punta del glande se le encajaba en el mismísimo cuello uterino justo antes de comenzar a eyacular.
    
    ― ¡Toma nena! ¡Toma mi leche! ¡Toma! ¡Toma! ¡Toma! ―su manguera se sacudía en el cálido jardín tropical de la contable.
    
    ― ¡Ummm! ―gimió Yeimy levantando su pie derecho al percibir como el líquido calentito iba inflando su utero. Nunca había sentido tan nítidamente a un hombre vaciarse tan adentro. De no ser por la píldora...
    
    Tras el riguroso epílogo de suaves caricias y tiernos mimos en la espalda y el torso de la colombiana, Róber sacó su polla, entumecida y pendulante. Entonces contempló con orgullo a la hembra saciada, abatida y tan despojada de soberbia como colmada de esperma. Volvió a coger otra toallita para limpiar esta vez su resplandeciente miembro, cubierto por completo de los fluidos vaginales de la mejor contable de aquella empresa.
    
    ― Has hecho un buen trabajo Yeimy y tendrás tu recompensa. Nos vemos mañana.―le comunicó con frialdad el Delegado que salió del despacho como si llegase tarde a algún sitio. Yeimy, aún con las bragas por los tobillos, supo que Róber se refería al asunto de las tarjetas y no al sexo. En cualquier caso ella se consideraba afortunada de trabajar para ese hombre. 
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