1. Tarjetas black (Parte 3)


    Fecha: 28/03/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Rober XL, Fuente: CuentoRelatos

    ― Buenos días― dijo la contable al ver entrar a Róber.
    
    ― Buenos días, señora ―Róber la miró severidad, como lo hiciera tiempo atrás uno de sus profesores de universidad o su propio padre cuando era niña― Tome nota. Hoy, y quiero decir “hoy” irá en persona a visitar a cada director, subdirector y consejero. Primero, les informará de que los pagos realizados con esas malditas tarjetas de crédito los asume la compañía. Sin embargo, dichos pagos han generado un fraude a Hacienda que en ningún caso asume la compañía. Es decir, los impuestos y recargos derivados les serán descontados en la siguiente nómina, ¿entendido Yeimy?
    
    ― Por supuesto ― confirmó ésta.
    
    ― Segundo, solicitará amablemente a todos “sin excepción” la devolución o destrucción inmediata de dichas tarjetas, informándoles de que en cualquier caso el banco ha procedido a su anulación a las 8 a.m. de hoy mismo ¿OK?...
    
    ― Claro que sí, Don Roberto― respondió con cierta indignación por su real o fingida desconfianza.
    
    ― Muy bien. Por último, custodiará esas tarjetas hasta entregármelas a mí personalmente… y muy importante, no mencione nada sobre esté… malentendido, en emails, llamadas telefónicas o Whatsapp. Nada, ni una palabra a nadie. Solo en persona y en privado ¿estamos?
    
    ― Sí, Don Roberto.
    
    Al levantarse, Róber dejó sobre la mesa el documento que la acreditaba para llevar a cabo todas las diligencias necesarias para llevar a cabo con discreción aquel importante cometido. Es más, aquel escrito decía ...
    ... explícitamente que Yeimy actuaría en representación de él mismo, con su misma autoridad y facultades en lo concerniente a ese asunto, asumiendo él toda responsabilidad. Róber confiaba ciegamente en ella.
    
    ― ¡Pues a trabajar!― Concluyó el Delegado. ―Vendré a por esas tarjetas mañana miércoles “señora Villaescusa” ―Yeimy se quedó helada cuando escuchó a Róber emplear el apellido de su marido.
    
    La estirada secretaria invitó a Yeimy a entrar en el espléndido despacho del Delegado. La delgada colombiana había hecho un buen trabajo y a pesar de ser mucho más baja que la secretaria entró triunfal en aquella selecta estancia. Ese día había escogido un discreto traje de falda y chaqueta con unos tacones tan comedidos como el tema a tratar.
    
    ― Buenas tardes, señora Villaescusa. ¿Todo bien? ―Dijo Róber con una pizca de mala leche.
    
    ― Buenas tardes, don Roberto. Sí todo bien.
    
    ― Pensé que me llamaría, que quizá alguien pondría algún reparo a entregarle a usted esas codiciadas tarjetas. De hecho me asombra que no fuese así. ―confesó el delegado.
    
    ― Bueno, lo cierto es que al parecer los rumores vuelan y salvo los dos o tres primeros afectados, el resto parecía estar esperando mi aparición.
    
    A Roberto le cambió la cara. ― Le advertí claramente sobre la necesidad de discreción, señora Villaescusa…
    
    ―…y así se lo advertí a todos, pero algunos estaban claramente al tanto. Unos la tenían preparada en un sobre esperando que pasase a recogerla, y otros confesaron sin tapujos saber ...
«1234...7»