1. Ebanista y pintor (de brocha gorda)


    Fecha: 23/03/2020, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... que cada vez que Gadou se separaba de ella el contacto con el aire la hacía estremecerse.
    
    - ¡Ah! Gadou, lámeme el chocho cariño… así… méteme tu lengua… - Gemía Gisela.
    
    Gerardo podía ver como bajaba, por la pierna de Gisela, una mezcla de fluidos entre los que había baba del negro y flujos de la blanca. En el suelo, caían de vez en cuando, escupitajos que él lanzaba hacia su ano, que eran momentos en los aprovechaba para meterle un dedazo en su estrecho orificio.
    
    * Prrrtz. Prrtz * Sonaba el dedo en culo de Gisela.
    
    Gerardo vió como Gadou daba un paso atrás para bajarse los pantalones. Cuando vió su pollón de cerca instintivamente se acercó a la celosía para poder olerlo mejor: aquella olor a macho le dominaba. Él se acercó a ella otra vez acariciando sus caderas, como si estuviera calmando a su víctima antes de castigarla completamente. Metió su polla entre las nalgas y la refregó para engrasarla con todos los jugos que habían allí.
    
    - Es gigantesca... ¡Gadou por favor, poco a poco!
    
    Aquella tranca tan grande colgaba del peso que tenía. Gadou movía sus caderas aceleradamente como si la estuviera embistiendo pero sin penetrarla en absoluto, de vez en cuando lanzaba un escupitajo para ensalivar sus respectivos sexos.
    
    En una de las veces la polla abandonó la raja de su culo para colgar de su dueño otra vez. Lo único que vió Gerardo era como la polla del nigeriano se descolgaba de la raja de su mujer y golpeaba en la puerta del armario a escasos centímetros de ...
    ... su cara. Su cuerpo pegó un respingo y su corazón se le salía de la boca: Gerardo tenía ganas de gritar lo zorrón que era su mujer pero aquel pene gigantesco le impedía perderse un segundo de aquel espectáculo.
    
    Con el coño y el culo engrasados, Gadou volteó a Gisela sobre el armario como si fuese una muñeca. Con su tronco tapado por el vestido, que también le cubría la cara, el negro le agarró de los talones separando sus piernas.
    
    - ¡Oh! ¡Oooooh! - Gemía ella.
    
    Intentando incorporarse, se deshizo de su vestido dejando su cuerpo desnudo sobre la superficie del armario. Sus grandes tetas eran coronadas por unos pezones erectos que gadou decidió chupar lentamente. Las manos de aquel hombre eran tan grandes que que incluso podía cubrir la envergadura de su seno. Cuando sus tetas fueron concienzudamente lamidas, Gadou bajo por su abdomen hasta la altura de su pubis, le comió el coño brevemente y apuntó su nardo hacia la entrada de su vagina que dejaba caer un hilo flujo al suelo.
    
    - Poco a poco… Gadou, ca… cari…. cariño... por favor.
    
    Gadou ensartó su rabo enorme y empezó a empujar mientras la mantenía con las piernas abiertas agarrada de los talones. Su empuje era lento pero constante y ella, que intentaba zafarse empujando el cuerpo de Gadou hacia el exterior de su vagina, no podía más que rendirse a la evidencia: la estaban desvirgando, de nuevo.
    
    - ¡Nooooo! ¡Más noooo! ¡Para Gadou! … ¡Me vas a reventar!
    
    Aun cuando Gadou sintió que su glande chocaba contra el ...
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