1. SuperSandra


    Fecha: 22/03/2020, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mi piel.
    
    El final de la función me lo tenías reservado. Dando un giro inesperado, pasaste a ponerte tu arriba, y a menear las caderas alrededor de mí, estrechando mi pene contra tu vagina, cabalgando con movimientos impulsivos, pero eficaces. Allí arriba estaban esas dos tetas apoderándose de mí, y los músculos alrededor de tu vientre latían de placer. Sabías que eso iba a ser ya definitivo, pero no quisiste parar el reloj del placer, y seguiste ansiosa y perversa, con esa avidez que ya delataba la sonrisa de tus fotos.
    
    Yo estaba tumbado cuando me ataste mis manos a la cabecera de la cama. Cerré los ojos para perderme en el oasis de tus deseos, pero te sentía golpear desenfrenadamente tus piernas dobladas en mis caderas. Te arqueabas hacia atrás, tensando el vientre, con unas inmensas tetas apuntando hacia arriba, con los pezones a punto de explotar, y seguías moviéndote con locura, a un ritmo galopante, arañándote el culo, estirándote el pelo y siguiendo los caprichos de tu malvada locura.
    
    Y ...
    ... yo, inmóvil, en tus manos, dejando que me arrastrara tu salvaje desenfreno, entregado a tus deseos. Me cogías la espalda con los brazos, como para no dejar escapar ni un segundo de la noche, como para asegurarte de que mi polla te penetraba completamente, sintiéndola dura y caliente.
    
    Cuando me fui a correr, me cogiste el pene con las manos, frotándolo de arriba abajo, con fuerza e intensidad, con las dos manos, y dirigiste el chorro de placer a tus pechos, frotándolos al ritmo de tu orgasmo.
    
    Volví a cerrar los ojos, abandonándome a esa distancia sideral que todavía había entre tu y yo. Exhaustos los dos permanecimos así un buen rato, ella encima, apoyada y derrumbada, adquiriendo poco a poco la noción del tiempo y del espacio, y yo jadeante, flotando entre su cuerpo y tus fotos.
    
    La noche transcurrió así, acompañado de una desconocida que había venido a mi encuentro y yo al tuyo.
    
    Horas más tarde salías de nuevo de mi vida. Ella nunca supo, que en realidad, yo había estando follando con otra. 
«123»