1. Empachando de leche a mi madre 1 (follador lechero


    Fecha: 22/03/2020, Categorías: Fetichismo Sexo con Maduras Tabú Autor: gantz265, Fuente: xHamster

    ... lavarás no? —Le pregunté con todo el descaro.—Sí…claro cariño…yo te los recojo… —Me contestó con aptitud obediente.—Bien ¡Plaaaaaaaaaaassssss! —Justo cuando se dio la vuelta, le propiné una fuerte nalgada que le hizo dar un respingo, mirándome tímidamente por encima del hombro, frotándose la nalga izquierda, la cual debió quedar con toda mi manaza marcada, aunque mantuvo silencio ante tan recientes sucesos.Fue hacia mi habitación y recogió mis calzoncillos para echarlos a lavar.—Ya está Richard, me marcho entonces… —Eso sonó más a pregunta que a afirmación.—¡Oye, una cosa! —Le dije, viendo como el cuello de mi madre se tensaba.—¿La película porno que deje puesta, antes de descubrir que mirabas como me corría, la quitaste? —Le pregunté, mirando fijamente a sus ojos con toda la sinvergonzonería.—Sssiiii…claro…sí…está todo…limpio.—Pues luego volveré a ponerla, ya que me dejaste a disgusto, espero que esta vez no me vengas a vigilar, pues ya te informo de que me voy a ordeñar el rabo en tu habitación —Dije de forma tajante —¿te parece mal, o qué?—No…no… —Me contestó tragando saliva.—¡Pues dímelo, coño! ¡Dime que te parece muy bien, joder! —Le dije alzando la voz.—…Me…pa...re…—¡No, mejor todavía! ¡Dime que por favor me ordeñe el rabo en tu habitación! ¡Sí…eso…! —Me la estaba jugando…pero era o todo o nada. El tiempo de respuesta se me hizo eterno, pensé que aquí acababa todo, que el jueguecito se me había terminado, que sacaría su carácter y fin.—Pero…Richard…hazlo si quieres… ...
    ... —Me contestó con voz derrotada, estaba con la guardia baja, todo esto le tenía que estar afectando mucho, su cabeza tenía que ser guirigay confuso.—¡No! ¡Vamos a ver, ya que antes tuve hacerlo con espectadora incluida, ahora me vas a pedir que, por favor, me ordeñe el rabo en tu habitación! —Se lo dije con un convencimiento total y absoluto.Mi madre me miró fijamente, me miraba como si en mis ojos intentase encontrar resquicios de su hijo, ese chico que, aunque con carácter, nunca se ha comportado así, le parecía tener a otra persona ante ella totalmente diferente, humillándola y creando argumentos que hacían parecerla una mirona, una cualquiera y, que incluso, a ella misma le habían convencido de ello, sintiéndose avergonzada, culpable y en deuda conmigo por todo ello. Por fin sus labios comenzaban a abrirse, parecía que se lo había pensado.—Por…favor…orde…ordeña…te…el…rabo…en…mi…habitación… —Dijo con un hilo de voz, arrastrando tímidamente las palabras, como si le pesasen una tonelada, teniéndolas que dividir por sílabas.—¡Bien, espero que estés orgullosa de pedir a tu hijo que se menee el rabo en tu habitación! Ya puedes venir pronto para limpiar, porque si llega antes papá, se lo encontrará todo perdido.—Siii…vale…no…te preocupes…cielo —Me dijo en un tono que quiso sonar maternal.—¡Pues venga, adiós, “mirona”! —Le dije bautizándola con su nuevo nombre —porque, no te parece mal que, a partir de ahora, te llame mirona después de todo ¡¿No?! —Le dije con maldad y mofa a la ...
«12...456...12»