1. Empachando de leche a mi madre 1 (follador lechero


    Fecha: 22/03/2020, Categorías: Fetichismo Sexo con Maduras Tabú Autor: gantz265, Fuente: xHamster

    ... a dejar de serlo... todo tiene un inicio, un final y un porqué para ello... creo, aunque tampoco me importa, mientras yo obtenga lo que quiero, llamadme como queráis. Me pajeaba el rabo siempre discretamente, cuando no me estaba follando a alguna cerda, hasta que, un día, estando solo en casa, comencé a practicar mi mejor hobby, pelarme el cipote en la habitación de mis padres. Tenía puesto en su ordenador una escena de porno duro, lo tenía con el audio alto, ya que no esperaba a nadie, mis padres no llegarían hasta dentro de unas tres horas, podía dar rienda suelta a mi testosterona.Sentado en la silla de la habitación de mis padres, delante de mí, el ordenador de mi madre y, junto a este, sobre el escritorio, su ropa de trabajo, recién lavada y planchada, mientras yo, espatarrado en la silla, con mis pantalones y mis calzoncillos por los tobillos, con mi rabo de 22 centímetros apuntando al techo y mis cojones colgando como dos pelotas de tenis, mientras mi mano subía y bajaba a lo largo de mi largo rabo, con el capullo colorado y brillante, todo lubricado por mi propia saliva, con mi mirada clavada en la pantalla del ordenador, donde se emitían los fuertes sonidos y nalgadas de la follada de la que era espectador, mientras mi mano izquierda comenzó a agarrar mis dos cojones para estimularlos, mi mano derecha subía hasta la punta del capullo, donde hacía énfasis friccionando para volver a bajar a lo largo de todo el tronco, venoso y musculoso, hasta la base de mis pesados ...
    ... huevos, para repetir la operación con mis ojos hipnotizados por la escena, donde una milf era follada, sodomizada y nalgueada, por un chico joven de unos 25 años. Todos mis sentidos estaban entregados a auto complacerme, a pelarme el cipote y limpiarme con el rollo de papel higiénico que había dejado depositado sobre la ropa plegadita de madre. Mi placer estaba llegando al cénit, mi mano ya se deslizaba aumentando la velocidad y, la presión sobre mi grandioso rabo, reflejándose en el color amoratado del ciruelo que tengo por capullo, por la presión que ejercía sobre él, donde mis líquidos pre seminales anunciaban una abundante y potente corrida. Mi lengua la pasaba por mis labios secos por la excitación y, mis gemidos iban al compás de las contracciones del diafragma y, es justo en ese momento, cuando voy a alargar mi brazo para coger el rollo de papel, cuando mi sentido del oído me alerta de una presencia en la puerta que, lentamente comienza a abrirse, mi orgasmo no cesa en aproximarse a gran velocidad por todo el interior del tronco de mi cipote, dirijo mi mirada hacia la puerta y, allí estática, no se desde cuando, o si acaba de llegar en esa milésima de segundo, mi madre ojiplática dirige su mirada hacia mis ojos y, por un segundo, a mi cipote, donde yo lo aprieto con fuerza para evitar la corrida mientras aprieto los dientes con fuerza, no consiguiendo mi objetivo, comenzando a escupir fuertes chorros de semen ante la mirada de mi madre. Los chorros salen con potencia, a ...
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