1. o) ¿Decepción?


    Fecha: 24/09/2017, Categorías: Voyerismo Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... dando patadas en el suelo y en una de las ruedas furioso mirando hacia nosotros.
    
    J.C. volvió a subir hasta el bar donde habíamos tomado el agua al bajar del monte, detuvo el motor y nos quedamos en silencio.
    
    -¡Joder! Mira que cabrón, como se lo pasa… -se detuvo al mirarme y ver mis ojos inundados en lágrimas.
    
    -¡Será hijo puta! Ven aquí. -pasó los brazos a mi espalda estrechándome muy fuerte. Estuvimos un buen rato así, hasta que los cuerpos se dormían por la postura que manteníamos, pasaba las manos por mi espalda acariciadoras y apretando, haciendo que notara su extraordinario cariño.
    
    -Dame un pañuelo si tienes. -me soltó y buscó una caja de clínex, estaba sin abrir y rompió la cubierta para entregármela abierta.
    
    -¿Puedes llevarme a casa? -le agradecía la compañía, y el largo abrazo que me ofreció, pero necesitaba estar solo.
    
    -Ni hablar, tú te quedas a mi lado, no quiero que te pase algo malo. -no le faltaba razón, si volvía a mi casa sería mi padre quien me preguntara al veme regresar tan pronto, y entre los dos era mejor estar a su lado.
    
    -No me pienso suicidar, puedes estar tranquilo. -conseguí que sonriera y volvió a abrazarme, me dolía el cuerpo por la forzada posición.
    
    -Tampoco merece la pena. -me cogió la cara con las manos y me besó la frente.
    
    -Vamos a comer algo, yo muero de hambre. -con mi dilema no me daba cuenta de que llevábamos mucho tiempo sin comer, y aunque a mí no me apeteciera mi amigo tenía un estómago reclamándole.
    
    Le miré ...
    ... mientras comía, tenía suerte de tener un amigo como él, único a ese nivel. Paseamos después de comer, sin subir donde habíamos estado a la mañana, llaneando para pasar el tiempo, él quería hablar y lo hizo, parando a veces al ver que no obtenía respuestas.
    
    Óliver se dejaba querer por las chicas. Según J.C. no había una en el barrio que no le persiguiera, y desde hacía meses las dedicaba mucho tiempo. Le escuchaba y sus palabras eran lluvia cayendo sobre granito impermeable, a veces no le escuchaba.
    
    Me mostraba un Óliver que no conocía, y en todo caso, aunque así fuera, como él decía insistiendo, mi hermano no tenía la culpa de ser atractivo, si embrujaba a las chicas era sin intención, un don que poseía, eso mismo me había pasado a mí. Y si recurría a ellas era porque yo lo descuidaba, dedicándome a hacer de… Volvían las lágrimas a salir y no quería las viera.
    
    Cuando me dejó en casa estaban los tres riendo en la sala jugando a las cartas. Por lo menos ellos no tenían problemas, los saludé y subí a la habitación para ducharme, olía a tigre después de tener el sudor impregnando la ropa todo el día.
    
    Recogí ropas para la lavadora, las sábanas escondidas y manchadas del esperma que había tirado Óliver la noche anterior, salí a la parte trasera y puse la máquina en funcionamiento.
    
    Me sentía tranquilo relativamente, sin querer pensar en la reacción que mi hermano tendría. Debía evitar por todo los medios que los demás se enteraran, y esperaba que dejara para cuando ...
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