1. o) ¿Decepción?


    Fecha: 24/09/2017, Categorías: Voyerismo Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    Continuación de: Juan Carlos, su madre y yo
    
    No podía conciliar el sueño escuchándole respirar a mi lado, a veces un impulso nervioso hacía que su brazo sobre mi cintura se contrajera apretándome.
    
    Me había molestado por el comportamiento de Óliver y era mi culpa por no darle lo que necesitaba en ese momento. Él era un hombre y me consideraba de su propiedad, lo atestiguaba el abrazo posesivo que ejercía ahora mismo en mi cintura.
    
    Dentro de sus sentimientos cogía lo que consideraba suyo, para él no era pernicioso, no hacía mal. En multitud de ocasiones, en este pasado año, había repetido en su oído que yo era suyo, que le pertenecía y podía hacer conmigo lo que quisiera.
    
    Era yo el que me había entregado sin que él me lo pidiera, quien a veces le pedía que me tomara y me hiciera el amor, ¿y por qué ahora le había negado lo que en otros momentos le ofrecía sin condición ni reparo? ¿Por un simple dolor? ¿Era yo más importante que él?
    
    Sin duda me había equivocado en mi valoración de lo sucedido, o al menos me había excedido llegando a pensar en una ridícula intención de vengarme.
    
    Giró la cabeza hacia mi lado y su respiración continuaba al mismo apacible ritmo de antes, sin reflexionar mi impulso encendí la luz.
    
    Permanecía totalmente desnudo, con la cabeza oculta por la almohada y el pelo que le cubría cayéndole hasta la barbilla, se lo retiré con la mano y se movió inquieto arrugando la nariz. El esbelto y apuesto cuerpo brillaba cubierto de una ligera capa de ...
    ... transpiración.
    
    No, no podía pensar que Óliver me trataba mal, en todo caso sería yo el culpable al no saber responder a lo que necesitaba de mí.
    
    Deseaba besarle y temía moverme y despertarle de su sueño, a la mañana tenía que volver a su trabajo mientras yo podía estar descansando. Apagué la luz e intenté con todas mis fuerzas dormir.
    
    Habían sido pequeños ratos durmiendo y la mayor parte de la noche pensando y repensando lo mismo. Lo desperté con un beso cuando llegó la hora de levantarse.
    
    -Óliver, amor, es la hora para levantarte. -en un momento de la noche había cambiado de postura y su brazo ya no estaba sobre mi cintura. Se desperezó abriendo los ojos.
    
    -¡Joder! No puedo descansar un día.
    
    -Mientras te duchas bajaré a prepararte el desayuno y lávate con agua fría. -no esperé la respuesta y bajé a la plana baja.
    
    -Le miraba mientras comía con ganas, tenía el cabello mojado de la ducha pero aparecía fresco y espabilado.
    
    -Óliver…, lo de anoche. -reaccionó levantando la cabeza para mirarme irritado.
    
    -¡No fue mi culpa! -estaba a la defensiva, malhumorado.
    
    -Lo se, reconozco que fui yo el culpable y no volverá a suceder. -relajó la cara y hasta sacó un esbozo de sonrisa. Por lo menos ahora podía ir a su trabajo alegre y contento.
    
    Esperé a que regresara de lavarse la boca y recogiera la bicicleta para llevarla a la calle. Lo vi decidido a marchar sin darme un beso, sin haberme perdonado y antes de que saliera me abracé a él.
    
    -Perdóname Óliver, no ...
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