1. El chico de las galletas (2)


    Fecha: 19/03/2020, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... vigorosamente. Sus lenguas volvieron a saborear los restos de salivas y semen, con un gusto que más parecía que probaban un sabroso dulce. Unos instantes después, el negro se encontraba listo para seguir castigando a las señoras y ellas se entregaron con sumisión a sus designios. Y yo no podía hacer nada por evitarlo o, tal vez, en el fondo de mi ser así deseaba que ocurriera.
    
    Ellas se quedaron echadas ante órdenes del chico, que se acercó a mi madre y empezó a pasar la mano por su chucha, sus piernas se abrieron y le dejaron la vía libre. Mientras se miraban, mi madre era palpada por la mano de su amante tan negra e invasora, que introdujo de golpe 2 dedos en su concha mojada. Lentamente fue dándole una cogida con los dedos que salían húmedos por la obvia excitación que la inundaba por completo.
    
    - Ya, Mauricio, cógeme de una vez, por favor.- gimió mi madre al sentir como la masturbaban.
    
    Ante los ruegos de ella, el chico sacó sus dedos y se los llevó a la boca catando los sabores de mi madre. Ya era más que increíble y doloroso para mi pobre corazón, mi madre pidiéndole a un negro que se la cachara.
    
    No esperó más el muchacho y tomándola de los tobillos, los puso en sus hombros para luego dirigir su verga en la entrada de la vagina de mi madre. Así como pasó antes con la señora Julia, la chucha absorvió de una embestida ese deforme e inmenso garrote. El maldito negro estaba, cuan largo y grueso era, dentro de mi madre, apretando tanto que sus huevos negros se ...
    ... contrastaban extrañamente con el ano rosado oscuro de ella. Los ojos de mi madre llameaban furiosos y demoniacos, la lujuria la dominaba en cuerpo y alma, el chico respondió echándose encima de ella y, así, se fundían en un prolongado y húmedo beso. Definitivamente había perdido a mi adorada madre por completo y nunca la volvería a recuperar.
    
    Estuvieron mucho más rato de lo que imaginé, besándose y dejándole sentir la enorme magnitud de su vergón llenándola toda. Eso quería el negro de mierda, eso era lo que hacía, seducir a indefensas y curiosas amas de casa con su descomunal fierro; y muy bien que sabía el efecto que tenía en ellas, muy bien que lo sabía y bien que lo aprovechaba ahora en mi madre.
    
    - Ayyyy, que rico, mi negrito, me siento tan llena de ti.- susurró la muy perra.
    
    De un momento a otro el muchacho inició el coito, entrando y saliendo de la lubricada concha de mi madre, poco a poco iba aumentando la velocidad y la fuerza de las embestidas. Los gritos empezaron a salir de la garganta de ella, que cerraba los ojos, resistiendo el dolor, su vagina no aguantaba demasiado el calibre de su amo que salía brillando por la humedad interna de mi madre. La señora Julia se autosatisfacía en una labor dactilar. Con el avanzar del tiempo, me sorprendía cada vez más con la resistencia del chico y de su violenta manera de copular con sus parejas. El condenado volaba sobre mi madre, parecía que estuviera haciendo planchas encima de ella y sus huevos hacían un fuerte sonido ...
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