1. Sandra y Marta (1). Primera experiencia.


    Fecha: 15/03/2020, Categorías: Lesbianas Autor: roura92, Fuente: SexoSinTabues

    ... hecho hasta el momento, habían sido fracasos. O la persona resultó no tener el componente sádico complementario al masoquista de ella, o lo tenía pero mezclado con una tendencia a la dominación o humillación que no soportaba: masoquista sí, pero dominada o humillada, jamás. Marta se había dado cuenta de que era masoquista —y también bisexual— desde la adolescencia, mucho antes de tener cualquier tipo de contacto sexual con terceros. Por algún motivo, sus héroes o heroínas imaginarios —que le eran muy importantes en aquella etapa— siempre recibían castigos corporales y los soportaban con valentía. Nunca tuvo una teoría de porqué tenía esta inclinación por el tema, más allá de la influencia de alguna escena que hubiera leído en novelas románticas del siglo XIX, a las que era muy aficionada desde pequeña. Además, Sandra no le había parecido en absoluto dominante, las pocas horas que estuvieron cerca se comportó siempre con el más absoluto respeto y complicidad. Quizás sabiéndolo podría tener una nueva oportunidad de probar una experiencia que resultara positiva, quizás podría recibir de ella unos azotes más interesantes que los que tantas veces se había autoinflingido, a menudo con resultados relativamente buenos respecto a la excitación sexual, pero medianos emotivamente. De todas maneras, no sabía como volver a aproximarse íntimamente a Sandra y no se le ocurría un plan para que saliera el tema en caso de encuentro. Una cierta casualidad, digamos que un poco dirigida, llegó ...
    ... en su auxilio. A finales de abril, en el foro de las excursiones, se había propuesto una para ir a descubrir un determinado volcán inactivo, de unos cien mil años de antigüedad —bastante joven según los geólogos, todo es relativo—. Confiando en que Sandra se apuntara, ya que era un tema de su carrera, Marta también se apuntó. Pero el sábado a primera hora, por la red social, le llegó el mensaje que la excursión se anulaba por previsiones de lluvia. El comentario de Marta en la red fue rápido: —Qué fastidio, a ver si por cuatro gotas tenemos que quedarnos en casa, también se puede hacer una excursión con un poco de lluvia, al menos a mí me gusta, lo encuentro incluso romántico. Antes de cinco minutos, Sandra que tenía su teléfono desde su anterior encuentro la llamó: —A mí también me gusta la lluvia, si quieres podemos ir con mi coche. —Sí, me gustaría muchísimo —enfatizó Marta rápidamente. —Te propongo prolongar un poco la excursión, si no tienes qué hacer el domingo, la zona es muy bonita y la podemos visitar con calma, te puedo enseñar bastantes cosas. —Seguro que sí —aquí Marta estaba pensando en otras cosas, a parte de peculiaridades geológicas o paisajísticas de la zona. —Conozco un hotelito barato, en las afueras de un pueblo, que en esta época del año seguro que estaremos sin aglomeraciones, además, es barato, se come bien y me conocen, que les he enviado bastantes clientes. —De acuerdo, a qué hora quedamos. —¿Donde vives? —En la calle Palermo, 35, queda cerca de la ...
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