1. Amante designado (2): La “madrina” enseña cómo hacerle el cu


    Fecha: 24/06/2017, Categorías: Bisexuales Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... la lujuria impera en cada uno de nuestros actos, la novedad curiosa del descubrimiento sexual se imponte sobre todas las consideraciones, la pasión sobrevuela en las intenciones, transpiramos deseo y erotismo. Terminado el último sorbo de la infusión, el silencio habla con la estridencia de una tromba, de la mano me volvió a la cama, ahora jugaba de local, su cama sus reglas.
    
    La dejé ir delante, gustaba mirarla menear el culito desnudo bajo el babydoll, la delantera voluptuosa en exceso, unos melones que meten miedo de tan buenos, la retaguardia discreto, sin exageración, pero para mi gusto satisfacía mis exigencias, reunía las tres características, se podía ver ese triangulito de luz entre la cola y las piernas (cerradas) que permiten ver al otro lado; tenía forma de manzana, y por último que el quiebre se produzca por él apenas terminada la cintura, sea un semicírculo casi perfecto. Aficionado a los culos, me gustaría poseerlo, aunque ella me lo retaceó, el miembro alabado por su conchita y esquivado por el ano, la misma razón: el grosor, agrada mucho por delante, atemoriza por “la colectora”.
    
    La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida… parecería el estribillo de un ritmo de salsa, ahora estaba por vivir la sorpresa que me depara Ely.
    
    - Bebé, ahora te voy a hacer mío, solo mío. Te voy a dar lo que siento que deseas con toda tu alma… este culito, verdad? –se lo palmeó, asentí. – Bueno, lo tendrás todo para ti pero con una sola condición… -espera, vuelvo a ...
    ... asentir. – Déjate llevar, esta cosota es bien gruesa, no quiero que lastimes, quiero disfrutarte y hacerte feliz… -asentía en cada pausa. – Ahora sólo déjate hacer y disfruta de mi… -se palmea el culo. – Bésamelo y será tuyo, todo tuyo…
    
    Me hizo sentar en el borde de la cama, los pies apoyados en el suelo, sacó el bóxer con los dientes, tomó de la hielera un par de cubos y me frotó la verga hasta la molesta sensación del frío. Se colocó de espalmas a mí, mirando las rodillas, se sacó el babydoll, tomó la verga con una mano, con la otra volvió a pasar otro poco de aceite que introducía con el dedo, abriéndose bien los glúteos, se fue sentando despacio sobre él.
    
    Mis sensaciones habían aumentado mil veces, el frió del hielo contrasta con el calor interior de su recto, comienza a moverse de forma un tanto extraña, está controlando el tracto anal, adecuándose al dispar tamaño. Comienza a bajar y subir, a cada evolución sentía el conducto anal como una vaina, bien ajustada, apretándose sobre la verga, haciéndome gozar al máximo. Inclinó el torso hacia abajo, hasta que sus manos llegaran a tocarse sus propios tobillos. Podía ver como el anillo anal aprisionaba el miembro, verlo irse adentro cuando se la hundía, verlo emerger pegado al pene como si fuera parte de él.
    
    Alucinaba de ver esos detalles, tan próximos, sobre todo cuando nuevamente comienza a moverse, como saltando y ajustar el esfínter anal cada vez que se eleva, en descenso lo relaja. El aprieta y afloje produce una ...