1. Como me volví una zorra − Parte 3


    Fecha: 03/03/2020, Categorías: Confesiones Autor: bauman18amy, Fuente: CuentoRelatos

    Para contexto, era yo en el colegio quien daba las mejores mamadas.
    
    En los siguientes años no hubo mucho más que eso, éramos mis mamadas y yo contra el mundo. Muchas de las otras chicas de mi clase me pedían consejos incluso cuando iban a tener sexo, porque no sabían cómo satisfacer al chico. Así que me volví la tutora sexual de otro grupo de estudiantes.
    
    De lo poco que cambió: tuve tan sólo otro novio, pero terminamos cuando lo encontré con otra en un baño público (asqueroso), estuve varias veces en casa de David haciendo más que unas largas tareas, pero no con él sino con su hermano. Desde eso mantuvimos una relación muy... estrecha.
    
    Pasaron los años y llegó la graduación. Para entonces ya tenía 18 y un alma corrompida por el deseo. No pasaba más de tres días sin tocar vergas y sin sentir una boca sobre mi entrepierna.
    
    Salí la semana anterior con Ana, una amiga, para comprar los vestidos. En el centro comercial nos encontramos con varios de los del colegio y ninguno dudó en hacernos señas y muecas, silbaban y se tocaban el paquete. A veces me parecía muy extraño ver eso.
    
    Mi vestido terminó siendo negro con falda larga y ceñido al cuerpo, lo que me hacía ver como unaKardashian, pero, al fin y al cabo, yo siempre he amado mi cuerpo. A pesar de que no me hacía falta demasiado para rellenar por completo las copas del vestido, Ana me convenció de comprar rellenadores con tiras. Así que mis tetas parecían más que melones, comparado con el cuerpo de una chica de ...
    ... 18 años común y corriente.
    
    Saltemos al día de la graduación.
    
    No tuve una cita, fui en grupo con varias chicas. Pero eso no evitó que perdiera mi virginidad en una suite de hotel, con el hermano de mi mejor amigo.
    
    No sé cómo ni porqué llegó él allí, pero casi daban las 2 cuando apareció detrás de mí, me alzó y me llevó así hasta su camioneta. Me dijo que me tenía un regalo de graduación. Entramos al hotel y me vendó los ojos y me condujo hasta allí. Un toque bastante romántico para lo salvaje de esa noche.
    
    En realidad, perderla no fue gran cosa para mí. Creo que después de todo ya no era lo mismo. No me dolió tanto como creí y al poco tiempo ya no sentía dolor alguno, solo placer. Y me encantó. Todo.
    
    Empezó con una embestida, para que no fuera tan difícil el dolor y más corto. Luego lento y suave, mientras que pasaba la incomodidad.
    
    Casi cinco minutos después era yo quien pedía más. Mas todo: profundidad, rapidez, fuerza. Me encantaba sentirlo dentro de mí. Cómo nuestra piel se tocaba, el modo en que no había límites.
    
    Siempre me gustó que me agarraran fuerte, y él lo sabía, me apretó las tetas con las manos, me mordió y me dejó algunos hematomas, pero no importó. Casi todo el tiempo él estuvo sobre mí y no pude evitar rasguñarle la espalda.
    
    Lo hicimos varias veces, cada vez mejor. Inevitablemente me metí la verga en la boca más de una vez y él igual conmigo. Y me sabía a gloria. Amé poder estar desnuda con él, dejar que me viera, que no hubiese nada ...
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